Hoy nos ha cedido su relato, Rayos de sol, Rosa Sánchez de la Vega.
Rosa Sánchez de la Vega nació en Cáceres, y pasó su infancia y juventud en Hervás. Durante dos años vive en París, ciudad que influye profundamente en ella. Actualmente vive en Madrid.
Escribir es una de sus pasiones.
Serás tú quien lo descubra y ¿Por qué ahora? son sus dos novelas publicadas.
Participa con sus relatos en varias antologías: contra la violencia de género, Getafe negro, El cielo en tus manos, Generación Subway, etc.
Los rayos de sol entran por la ventana como siempre, sin
permiso. Lo hacen sin prisa, con la tranquilidad que da la paz y el sosiego de
acariciar su cuerpo y cubrirlo poco a poco de luz; esa que anuncia una soleada
mañana.
Ella sigue dormida, no importa que el sol invada su espacio,
esta vez no se levantará deprisa con esa desazón que produce el nuevo día, al
igual que el día anterior, tan triste, tan destructor.
Duerme en su cama, plácida; porque no hay más paz que la de
sentirse tranquila para después coger aire y tomar impulso.
Sus oídos son el único de los sentidos que permanece alerta,
es el resultado de un largo entrenamiento; pero hoy no escuchan palabras de
desprecio, ni castigo.
Apagado el ruido, ella disfruta del silencio.
Reconforta volver a cubrirse con las sábanas y dormir,
porque ahora no toca refugiarse entre ellas.
Entran los rayos de sol a través de los agujeros de la
persiana, ya no dibujan sobre sus piernas aquella especie de lanzas buscando
donde clavarse y herir sin hacer ruido; no hay dedos interminables acabados en
punta recorriendo cada milímetro de ese cuerpo encogido; ahora son los rayos de
sol, los que acarician libre y lentamente cada pliegue de la piel de ese cuerpo
estirado, que duerme por fin plácidamente.
Hace rato que es de día, ya no hay sombras que oculten su
cuarto. Ella sigue dormida, no hay prisa, ni ruidos, ni voces. Hay paz en su
rostro. Él, por fin se ha ido.
Rosa Sánchez de la Vega
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