Mesa 1:
Historias y leyendas
de Madrid
De cuando la leyenda
se convierte en historia y viceversa.
A cargo de Eduardo
Valero García
Eduardo Valero, cronista de estas jornadas, nos contó
durante una hora las Historias y Leyendas en Madrid: «De cuando la historia se
convierte en leyenda…y a la inversa»
No podía comenzar mejor que explicando la imagen de un
dragón elegida para elaborar el cartel de estas jornadas, un dragón que
acompañó durante siglos la heráldica de Madrid. Pero ¿de dónde surge?
En el siglo XVI, la actual plaza Mayor era un espacio
propiedad de los Luján con una pequeña laguna en el centro, esta laguna, que
las leyendas han llegado a convertir en lago, fue en la que los vecinos se
inventaron un habitante, un monstruo con forma de dragón.
A la leyenda hay que sumar la aparición de una culebra,
bicha, serpiente o como queramos llamarla, labrada en piedra en la cercana
plaza de Puerta Cerrada. Esta culebra, fue narrada y dibujada por Juan López de
Hoyos en sus crónicas de Madrid pero pareciéndole insuficiente, se inventó y
dibujó un dragón alado con cabeza de mastín, que incluso aparece tallado en
piedra en la Casa de la Villa, junto al oso y el madroño.
El dragón fue incorporado a la fuente de La Cibeles como
surtidor, junto con otro en forma de oso. Ambos fueron retirados en 1862,
cuando la fuente dejó de abastecer de agua a los ciudadanos, y se pueden
contemplar en el museo de los Orígenes de Madrid.
Coincidiendo con el IV Centenario de la capitalidad de
Madrid, Dalmiro de la Válgoma, historiador y genealogista, miembro de la
Academia de Historia, instó a quitar tras un amplio estudio, tanto la corona
cívica (incorporada como premio al pueblo de Madrid, por su comportamiento
durante la invasión francesa) como el dragón que nunca existió. Esto ocurrió en
1967, cuatro siglos después de inventarse la leyenda del monstruo de la laguna.
Una segunda leyenda muy unida a los madrileños es la de los
famosos «gatos» ¿Por qué gatos?
En el siglo XI, el capitán segoviano don Fernán García de la
Torre junto con don Díaz Sanz y los Quiñones, institución armada formada por
cuatrocientas hombres, ayudaron al rey Alfonso VI a la toma de lo que entonces
era Mayrit o Magerit, que estaba en poder de los musulmanes. Cuenta la leyenda
que Fernán fue trepando por las murallas siendo observado por la tropa que
atónitos comentaban que parecía un «gato». Fernán llegó a un torreón arrancando
la enseña mora, colocando en su lugar la cristiana. De su hazaña deja
constancia histórica la Puerta de Madrid en Segovia.
En el siglo XIV, aparece historia sobre Fernán Álvares Gato,
descendiente de Fernán García, convirtiéndose este apellido en uno de los más
ilustres de Madrid.
Por tanto, los gatos, como sinónimo de valentía de los
madrileños, tienen su origen en dos segovianos.
La tercera historia-leyenda que Eduardo Valero nos tenía
preparada, es el origen de la palabra «gilipollas», muy extendida entre los
madrileños. Se dice que proviene de Don Baltasar Gil Imón de la Motta y sus dos
feas hijas, Fabiana y Feliciana, con las que él paseaba para buscarles marido,
dando lugar a la frase «Ahí viene Gil con sus pollas» y derivando en la actual
palabra.
Pues ni las hijas de don Gil eran feas, que eran bellísimas,
ni eran dos, falta por mencionar a Isabel. Lo que ocurre es que, en la corte de
Felipe II se promulgó una Pragmática por la que las mujeres no podían hacer
ostentación de belleza ni de joyas, y habiendo estas damas desacatado esta
orden, tuvieron que vestir hábitos de monjas mercedarias, como lo cuenta
Ricardo Sepúlveda en sus textos. Don Gil Imón, hombre adinerado, sirvió en las
cortes de Felipe III y Felipe IV.
No quiere dejar de contarnos Eduardo Valero, el fantasma que
no existe ¿o sí?, en «La casa de las siete chimeneas» en la madrileña plaza del
Rey y que se pasea por las noches por el tejado.
Elena, una bella mujer, que conquistó el corazón de Felipe
II y viuda de un militar muerto en la batalla de San Quintín. ¿Murió de pena?
¿Murió asesinada? ¿Alguien ha visto su fantasma?...
Mariano García Cortés en su libro Historia de siete
chimeneas y una casa, desmonta esta leyenda, como casi todas, sin base real. De
hecho, en 1888 se derribó el antiguo edificio y el que hoy contemplamos es de
una construcción posterior.
Podría haber seguido contándonos historias, pero ya solo
pudo mencionar, por falta de tiempo, el fantasma de la casa misteriosa del
Cerro de las ánimas, en el antiguo barrio llamado de Goya, cuya noticia salió
en todos los periódicos o la leyenda del oso símbolo de Madrid, que es en
realidad una osa, o del madroño que no se sabe si es un madroño…
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