viernes, 27 de septiembre de 2019

Aroma de vainilla de Isabel Martínez Barquero



 
Sinopsis:

En el umbral de la ancianidad, Mercedes Ortega Abellán distrae los grises momentos de su existencia presente acudiendo al refugio de su memoria, donde los recuerdos la conducen a un viaje hacia el pasado. Su mirada retrospectiva desvela los secretos de tres generaciones familiares y consigue que encuentre el vigor preciso para cambiar el rumbo de los acontecimientos en las vivencias de una estirpe no rendida ante las desgracias.

La brújula de la fiel memoria de Mercedes abarca desde los últimos años del siglo XIX hasta los años sesenta del siglo XX, asiste a la epopeya de una familia que se extingue en una provincia del sur de España, concurre a las vicisitudes existenciales de mujeres fuertes, de hombres tiernos, de hijos con filiaciones muy diversas e inclinaciones muy distintas y de mentes abocadas a la locura por las circunstancias políticas y sociales de la época.

Los ejes temáticos giran en torno al deseo amoroso, el amor insatisfecho, el amor no correspondido y el traicionado, los celos, el adulterio, los conflictos generacionales, los estigmas de una educación estricta, el orgullo, la tozudez, las murmuraciones sociales, la fascinación por la cultura, la ferocidad de la guerra y sus nefastos efectos posteriores, el perdón, la generosidad, los sueños no cumplidos, las expectativas rotas, el oscurantismo religioso y su antítesis descreída e iconoclasta, la locura, la muerte y la lucha por la existencia en una España llena de rencores y de atmósfera opresiva.

La autora:

Isabel Martínez Barquero nació en Murcia. Escribe novela, relato y poesía. Ha publicado las novelas La historia de los mil nombres, Aroma de vainilla, Diario de una fuga y La gloria venidera; los relatos Linaje oscuro, El cauce de los días y Mujeres de otoño y los poemarios Lunas de ausencia y El nervio de la piedra.

Mi opinión:

Mercedes Ortega Abellán nos cuenta una historia que abarca desde finales del XIX hasta los años sesenta del pasado siglo XX y que se desarrolla en Murcia y su región.
Sus recuerdos nos adentran en la vida de las familias Ortega y Abellán y, sobre todo, en la de tres mujeres, Julia, Mercedes y Berta, abuela, hija y nieta.

Mercedes, en su narración, va dando continuos saltos en el tiempo, pero no por eso dejamos de comprender lo que nos está contando, una historia de amor y desamor, de secretos, de verdades a medias en una sociedad encorsetada por las rígidas normas que rigen en ella, primero, y por la opresión de la dictadura, después de la guerra.

En algunos momentos resulta una lectura un poco densa, con demasiados detalles de especias, plantas o condimentos, pero no impide que nos apetezca continuar con ella. El lenguaje, muy cuidado con los diferentes tiempos en los que se desarrolla la historia.

Como ya he dicho antes, es una novela de tres mujeres protagonistas pero hay otra que se me ha quedado grabada: «La echá palante», o Regina, como se llama en realidad. Creo que siempre recordaré a esta mujer, noble y buena, a la que la vida se lo pone muy difícil.

También me ha encantado Segundo Ortega, que desprende el olor a vainilla que da título al libro y que ama como pocos hombres pueden amar a una mujer.

Es, en conclusión, una novela de personajes y de sus sentimientos, que no podemos pretender entender con la mentalidad del siglo XXI, simplemente hay que disfrutar de su lectura.

Almudena Gutiérrez


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