miércoles, 30 de octubre de 2019

MEMORIA Jornadas Madrileñas de Novela Histórica


En el Salón de actos de la Biblioteca Regional de Madrid Joaquín Leguina tuvo lugar la celebración de la cuarta edición de las Jornadas Madrileñas de Novela Histórica.
Durante tres días, desde el miércoles 16 de octubre al viernes 23, Madrid volvió a tener el protagonismo que merece a través de la obra de escritores de reconocida trayectoria.

Las Jornadas Madrileñas de Novela Histórica forman parte de las actividades que desarrolla la Asociación cultural Verdeviento, cuyos organizadores tienen relación directa con el mundo editorial, el periodismo y la historia.


Bajo el lema "Madrid, historia y leyenda" se desarrollaron las seis mesas de estas Jornadas patrocinadas por la Comunidad de Madrid, la Biblioteca Regional de Madrid e Historia urbana de Madrid, bajo la organización y dirección de la Asociación cultural Verdeviento.

Colaboraron las siguientes editoriales: La esfera de los libros; HarperCollins Ibérica y Editorial Edaf. También participaron Todo Literatura y la Librería Reno.

El cartel

Resultaba muy identificativo para el lema de estas Jornadas la utilización de una Tarasca del siglo XVIII, diseñada para la procesión del Corpus de 1774.  El boceto original se conserva en los archivos de la Biblioteca Digital memoriademadrid, bajo la signatura: 2-204-13.
La tarasca es un ser mitológico representado por una serpiente o dragón alado similar al que da origen a la leyenda del utilizado en el escudo de Madrid.

El miércoles 16 de octubre abrió el acto María Teresa Sánchez Avendaño, subdirectora de la biblioteca, resumiendo el programa de estas jornadas en los próximos tres días.


Enlaces a las crónicas de cada mesa:


Publicación original en el blog de la Asociación Cultural VerdeViento
https://asociacionculturalverdeviento.blogspot.com/

MEMORIA: Jornadas Madrileñas de Novela Histórica 6


Mesa 6:
Centenarios madrileños
Recorrido histórico por el Madrid de 1919, sus inauguraciones y otros acontecimientos motivo de festejo.
A cargo de Eduardo Valero García



Para cerrar estas jornadas, Eduardo Valero nos va a contar los centenarios que este año de 2019 se celebran en Madrid.

¿Cómo era el Madrid de 1919? Un Madrid que quería modernizarse, europeizarse pero en el que también había mucha pobreza. Aunque España había permanecido neutral en la I Guerra Mundial, las consecuencias de la guerra en Europa, arrastraron la economía madrileña, dónde se encontraba diversión y hambre.

El censo de madrileños rondaba los 600.000, ya había grandes hoteles y las cigarreras empezaron a movilizarse para mejorar las condiciones de trabajo de las mujeres, como se pudo ver en las manifestaciones del 1 de mayo.

Es el año en el que el rey Alfonso XIII inaugura el Metro, de Cuatro Caminos a Sol, el monumento al Sagrado Corazón de Jesús, conocido como El cerro de los Ángeles, el teatro de La Latina, y un edificio tan importante como La Catedral de las Telecomunicaciones.
En esta inauguración, el rey Alfonso XIII envió un telegrama a todas las centrales de correos de España y regaló una cartilla de ahorros a un grupo de niños elegidos.

Los madrileños se divertían en los modernos lugares de recreo como Ideal Rosales, El Paraíso o Saturno Park. Se inauguró el mercado de San Antonio y comenzó la construcción del Real Cinema.

Pero como se decía al comienzo, el Madrid pobre, obligó a abrir los llamados Comedores de Alfonso XIII para «pobres vergonzantes» y el comedor María Luisa para madres pobres y sus hijos. En ambos se prohibía la entrada a los «mendigos profesionales»

No nos olvidemos de un Madrid cultural: se establece el acceso a la hemeroteca, se inaugura la biblioteca circulante del Parque del Retiro y las bibliotecas circulantes musicales.
El año 1919 es en el que se decide trasladar los restos de Goya a la Ermita del Santo y cerrarla al culto, con el fin de preservar sus frescos.

Y, como podía dejar de contarnos un galdosiano como es Eduardo Valero, que este fue el año en el que Benito Pérez Galdós visitó su monumento en el Parque de El Retiro.

Muchas más cosas sucedieron, pero las cuartas jornadas llegaron a su fin. Las clausuró Valero recordando las anteriores ediciones, poniendo en valor el esfuerzo y responsabilidad que representa para sus organizadores. En nombre de todos ellos habló Carolina Molina, invitando a todos los asistentes a participar en los eventos que la Asociación cultural Verdeviento prepara para el año 2020.
Muchas gracias a todos los que las habéis hecho posibles.

Almudena Gutiérrez - Víctor Fernández Correas


MEMORIA: Jornadas Madrileñas de Novela Histórica 5


Mesa 5:
Encuentro con Jesús Sánchez Adalid
Modera: Víctor Fernández Correas

La tercera y última tarde de estas Jornadas MNH2019 pudimos conocer a Jesús Sánchez Adalid, su vida y su obra.

El escritor Víctor Fernández Correas fue el encargado de presentarle, con una biografía imposible de resumir. Escritor prolífico con dieciocho novelas publicadas, traducidas a varios idiomas y con importantísimos premios en su haber, como el Premio Lara de Novela, es sacerdote católico en ejercicio y académico de número de la real Academia de las Artes y las Letras de Extremadura.

Recuerda su primera novela publicada, La fuente del Atenor, a la que llegó como un salto espontáneo desde la lectura. Fue el éxito obtenido por su novela El mozárabe lo que le permitió hacer una carrera literaria.

Defensor de la novela histórica, ha sido durante muchos años la gran asignatura pendiente de las publicaciones españolas. El mercado estaba saturado con el realismo social y había que recurrir a las traducciones. Desde la década de los 80, los autores españoles comenzaron a publicarla.

No todo es novela histórica, y pone un ejemplo didáctico: Los tres mosqueteros, de Alejandro Dumas, es una historia de amor ambientada en un periodo histórico determinado. La histórica no la tienen que protagonizar los grandes personajes, pero tienen que estar.

En la actualidad se ha desbordado un poco, con novelas de misterio, de ambientación, fantásticas, con magia…Y esto hay que depurarlo para proteger lo que realmente es histórico. Por este motivo desde hace algunos años existe la Asociación de Escritores con la Historia de España, de la que Sánchez Adalid es miembro.

Nos cuenta que escribe a mano y, cuando se sienta ante el papel en blanco, siempre escribe, las ideas ya están en su cabeza. ¿Cómo han llegado? Casi siempre de forma misteriosa, no lo puede explicar. Algunas, como En tiempos del papa sirio, se las facilitan personas. En este caso, a través de un documento del año 830, de un Concilio que hubo en Roma, en el que estaba presente el arzobispo de Toledo, Sinderdus.

Trabaja mucho la documentación, por ese motivo necesitó un paréntesis en el que escribió La mediadora, una «ventolera de aire fresco». Una novela generacional cuya idea surgió a partir de una sentencia del Tribunal Supremo, elementalmente injusta, y en la que hace una crítica social y expone lo alejadas que están las leyes, de la vida, fundiendo en un caso práctico las diferentes historias que le habían contado. Alternó esta escritura con Y de repente Teresa, por lo que achacó el éxito de La mediadora a un regalo de Santa Teresa.

Volviendo a la novela histórica, Almanzor, uno de los protagonistas de su obra El mozárabe, era un personaje apasionante para escribir sobre él, aunque las crónicas cristianas lo hubiesen convertido en «la bestia». Porque con éste, como con muchos personajes históricos, en España nos hemos dedicado a juzgar la historia en lugar de disfrutarla. Es muy complicada la ecuanimidad, pero hay que luchar porque la verdad salga a relucir. En este sentido, el cine, sobre todo el americano, ha maniqueado mucho, los malos son muy malos y los buenos, muy buenos; y, como dijo Concepción Arenal, «por favor, no nos inventen más historias, ustedes saben que son mentira, pero nosotros nos lo creemos».
Otro problema es la falta de rigor histórico dependiendo de la época. En el caso del Islam, por ejemplo, durante mucho tiempo fue despreciado; en la época romántica se dignificó; en el pasado siglo XX, el «maravillosismo islámico» rozó el ridículo; y ahora hemos vuelto al pasado. Lo que hay que asumir es que forma parte de nuestra cultura y hay que tratarlo con respeto.

Preguntado por lo que hay de él en su obra, contesta con una frase de Miguel Delibes, del que aprendió mucho: «Procuro distanciarme de mis personajes». No obstante, en sus obras plasma su forma de ver la vida. Le gusta contar la historia como fue, tiene más encanto, es más humana.

Aunque su obra abarca épocas muy distintas, si tuviese que elegir, le gusta el Siglo de Oro.

Nos cuenta, para terminar, que en sus novelas intenta equilibrar la ficción y la realidad para que el lector tenga el sentimiento de que está leyendo una novela.

Almudena Gutiérrez


MEMORIA: Jornadas Madrileñas de Novela Histórica 4


Mesa 4:
Cervantes, Historia y Leyenda
Charla con José Manuel Lucía Megías, autor de La plenitud de Cervantes.
Modera: Olalla García

Olalla García, escritora, nos presenta a José Manuel Lucía Megías, Catedrático, Filólogo y presidente de honor de la Asociación de Cervantistas.
Sobre la mesa, su obra, la última biografía publicada de Cervantes, una trilogía que comenzó siendo un encargo editorial y que le ha llevado diez años completar, transitando por la vida de Cervantes, a quien creía conocer, para darse cuenta de que no conocía casi nada.

La vida de Cervantes en sí, finales del XVI y comienzos del XVII, fue una época de transformación. El siglo de Oro.

Pero Cervantes ha sido uno de los muchos casos en los que el mito ha devorado al hombre. Un mito que fue construido en el siglo XIX.

En 1738, Mayans y Giscar publica la primera biografía de Cervantes por encargo editorial de Lord Carteret, quien quiere una lectura seria del Quijote, frente al Quijote apócrifo de Avellaneda, obra que se comporta con decoro y al gusto de la época.

En esta biografía de poco más de cien páginas, se dedican menos de veinte a la vida del autor y el resto es una crítica literaria defendiendo la obra de Cervantes frente a la de Avellaneda.
Cervantes fue un precursor de la novela moderna, en la que los personajes se transforman y evolucionan, tal y como le ocurre a Sancho Panza en El Quijote.

Cuando José Manuel Lucía comenzó a investigar documentación, se dio cuenta de que la vida del autor poco había importado, ya que todos sus biógrafos se habían limitado a escribirla para explicar sus obras, que escribió casi en su totalidad, entre 1613 y 1617, casi al final de su vida.
Porque, por ejemplo, ¿cuántos Miguel de Cervantes había? Se conoce ahora que en la misma galera en la que estaba embarcado el autor del Quijote y que le llevaría a participar en la batalla de Lepanto, iba otro marinero con el mismo nombre.
Esto les vino muy bien a los académicos de la Real Academia de Historia, cuando en el siglo XIX deciden que el documento en el que aparece Miguel de Cervantes, con orden de buscarle por rebeldía, después de haber herido a Antonio Segura, no corresponde a nuestro insigne autor, nuestro mito no puede haber herido a nadie y huido después.

En la biografía que nos ocupa, el autor se ha preocupado por investigar sus diferentes oficios, porque escribir no era un oficio.
Fue escribano o secretario, de los que nos han quedado algunos textos administrativos con letra bastarda canónica, imprescindible para este oficio.
También fue soldado de los tercios italianos. En el ejército comenzó como soldado bisoño, el oficio más humilde dentro del ejército, pero hizo una rápida carrera militar, convirtiéndose en soldado aventajado y alférez. Para llegar a capitán era necesario obtener la patente de capitanía y no se conoce que la tramitase.

Dentro del mito del que se hablaba al principio, está el cuadro de Eduardo Cano de la Peña, en el que Don Juan de Austria visita en persona a Miguel de Cervantes, herido en Lepanto, para darle las gracias por su valentía. Por supuesto esto es otra invención del siglo XIX.
Muy interesante fue su estancia en Argel. Cervantes fue quien fue por haber pasado diez años cautivo en Argel.
Los traficantes de personas le consideraron «hombre grave» (importante), por el que se podían pedir 500 ducados, y por tanto fue tratado bien y con ciertas libertades. Por este mismo motivo no fue castigado cuando intentó huir en varias ocasiones.

En un salto importante en el tiempo, porque se ha pasado la tarde sin que nos demos cuenta, su biógrafo nos comenta que uno de sus últimas ocupaciones fue la de empleado de Francisco de Robles, en la redacción de cartas y, probablemente, en edición y compilación de obras.

No quiere José Manuel Lucía Megías despedirse sin mencionar a las llamadas «Cervantas», las dos hermanas de Cervantes, Magdalena y Andrea, que trabajaron de mediadoras, ingresando unos buenos dineros, que le permitieron al genio escribir su obra, sin la necesidad de salir a trabajar.

Una última mención en este Madrid que tanta Historia ha destruido, al barrio de Las Letras, el único existente en Europa y que deberíamos cuidar y potenciar con espacios adecuados a lo que representa. Por cierto, la casa de Lope de Vega, está en la calle de Cervantes.

Este conferenciante de lujo, nos ha dejado con ganas de conocer mucho más sobre la apasionante vida de Miguel de Cervantes que él ha plasmado en su obra.

La plenitud de Cervantes. Una vida de papel, Madrid, EDAF, 2019
La madurez de Cervantes. Una vida en la Corte, Madrid, EDAF, 2016
La juventud de Cervantes. Una vida en construcción, Madrid, EDAF, 2016

Almudena Gutiérrez


Memoria: Jornadas Madrileñas de Novela Histórica 3


MESA 3:
En Chicote un agasajo postinero.
Encuentro con la escritora María Pilar Queralt del Hierro.

Modera: Carolina Molina

Carolina Molina, presidenta de la Asociación Verde Viento, nos presenta a María Pilar Queralt del Hierro, escritora e historiadora, que nos va a hablar sobre Chicote.

Esta escritora es casi la «madrina» de estas jornadas, porque creyó en el proyecto desde el primer momento, y animó a llevarlo adelante. Considera que la Historia hay que acercarla a las personas y para ello son un buen medio la novela histórica y el ensayo divulgativo.

Esta tarde nos ha hablado sobre Chicote, no el cocinero, a pesar de Google, Perico Chicote, que marcó una época y forma parte de la historia de Madrid, como ya lo nombrase Agustín Lara en su chotis Madrid, Madrid, Madrid: «En Chicote un agasajo postinero», que da título a esta conferencia.
Chicote era, en plena Gran Vía, un reducto de libertad en un Madrid con heridas abiertas, una nota de color en la durísima posguerra. Porque su dueño, supo capear lo político e ideológico, para mantener su local en la cresta de la ola y, con sus contactos, tener acceso a las bebidas de importación que no se podían encontrar en casi ningún lugar de España.

Pero ¿cómo empezó su andadura? Huérfano de padre, con muy pocos años, vendía aguardiente a los trabajadores en el mercado de los Mostenses. Alternó el trabajo de camarero con el reparto de telegramas. Uno de esos telegramas, le llevó al hotel Ritz, enterándose de que el puesto de ayudante de barman estaba vacante. Falseando un título que no tenía y con su simpatía y su sonrisa, consiguió convencer al jefe, que le contrató. Y allí empezó su historia, porque siempre supo rodearse de personas que luego le sirviesen a sus fines. Lo que hoy llamamos «medrar».
En 1921 fue llamado a filas para ir a la guerra de África y, a su vuelta, se encontró sin trabajo, pero pronto le contrataron en el Palacio de Hielo, muy de moda, que era frecuentado, incluso por la reina. De ahí, al hotel Savoy. Chicote ya se iba haciendo un nombre.

Como barman del moderno American Bar Pidoux, en el que los clientes se podían sentar alrededor de la barra y se servían unos cócteles exquisitos, fue creciendo su clientela y no tuvo ningún problema en llevársela a su propio negocio cuando, en 1931, inauguró el Bar Chicote, en plena Gran Vía.
Con una decoración muy cuidada, la élite madrileña alternaba en Chicote, recién estrenada la República. En declaraciones a la revista Esfera, el propio Chicote contaba que para tener éxito era importante la simpatía, ser generoso, estar al día, saber conversar y conocer la actualidad. Las bebidas, eran secundarias. Así consiguió una clientela fiel.

Durante la Guerra Civil, el local fue incautado por la CNT. Chicote estaba en Londres y entró en España directo a San Sebastián, donde llegó a fundar un nuevo bar, en plena guerra.
Al finalizar esta, supo ponerse del lado de los vencedores y atrajo a un público selecto que podía pagar tres pesetas por un combinado, una pequeña fortuna.

Fue lugar de encuentro de actividades muy sospechosas, como el tráfico de penicilina; de prostitución, aunque las famosas «chicas Chicote» nunca existieron; de historias de amor como la de la actriz Lupe Sino y el torero Manolete o la de Ava Gardner y Dominguín. En su interior se mezclaban toreros, folclóricas, artistas de Hollyvood, aristocracia y alta burguesía.

Chicote comenzó a coleccionar botellas el día que, en 1917, en el hotel Ritz, el embajador de Brasil le regaló una botella de Cachasa. Cuando en 1940 inaugura su museo, tiene una botella de vodka propiedad del último zar, un vino holandés de 1575, licores de Filipinas cuando era colonia española…, tanto es así que Aristóteles Onassis se lo quiso comprar, en 1958, por treinta millones de pesetas, y Chicote no vendió.

En la década de los setenta, fue sobreviviendo a la modernidad. Los nuevos modelos de hostelería le dejaban anclado en el pasado.
Como curiosidad, en 1934 le fue concedida la explotación del bar del Congreso y la mantuvo hasta la transición.

El día de Navidad de 1977, murió Perico Chicote. Quiso el destino que su muerte coincidiese con la de Charles Chaplin, Charlot, por lo que pasó desapercibida en los periódicos madrileños. Estábamos en plena Transición y los que habían tenido éxito durante la dictadura, no estaban «bien vistos».

Su museo fue comprado por la familia Ruíz Mateos que lo subastó. Nunca se supo quién lo había comprado. En 1998 apareció en un almacén de las Rozas, aunque de las veinte mil botellas, solo se encontraron la mitad, y se reabrió en el mismo lugar en el que se hiciera famoso.

Según María Pilar Queralt, Perico Chicote era una persona abierta, simpática, con un carisma especial, buena planta y mucho don de gentes. Tenía una presencia que imponía y era muy listo y muy inteligente.

«Una cápsula del tiempo en la historia de Madrid. Un templo cuya barra es el altar y sus cócteles, los dioses»

Almudena Gutiérrez

MEMORIA: Jornadas Madrileñas de Novela Histórica 2


Mesa 2:
La Historia contada por Nieves Concostrina
Encuentro con la escritora y periodista Nieves Concostrina.
Modera: Javier Velasco

Javier Velasco, editor de la revista TodoLiteratura, presenta a Nieves Concostrina, periodista, escritora y amante de la Historia.

Nos confiesa Nieves que ha tenido que dejar grabada su intervención en La Ventana, con Carles Francino, para acudir a estas jornadas, lo que la agradecemos mucho.

En un ambiente distendido, nos presenta a los seis personajes que, de una forma u otra, han visto sus vidas entrelazadas, aun sin conocerse, y tienen en común la antigua sacramental de San Nicolás, regentada por la iglesia, como todas las existentes en ese momento, que se hallaba en este lugar en el que nos encontramos, y que fue cerrada por orden gubernamental (Romero Robledo) en 1884, junto a otras ocho sacramentales de Madrid, por la falta de salubridad que existía en ellas, siendo foco continuo de cólera y otras enfermedades.
No es necesario aclarar que estamos sobre un osario, ya que al cerrar el cementerio, se trasladaron tan solo las tumbas ilustres, pero «Hay que tener miedo de los vivos, los muertos no hacen nada», nos dice la periodista.

El 13 de febrero de 1901 un grupo de caballeros, enlutados, entre los que se encontraban Pío Baroja y Azorín, que más tarde serían conocidos como Generación del 98, entraron a esta sacramental, a la cuarta galería del primer patio, lugar en el que se encontraba el nicho de Larra, a quien querían rendirle homenaje en el aniversario de su muerte.

Unos meses más tarde, Carmen de Burgos, Colombine, llegaba a Madrid con su hija, huyendo de los malos tratos de su marido. Fue la primera redactora en plantilla en un periódico en España y la primera corresponsal de guerra.

¿Y qué es lo primero que hizo al llegar a Madrid? Acudir a la Sacramental de San Nicolás, que se encontraba, según narró Azorín, «Pasada la estación de Atocha, al final de una mísera barriada, lindando con la desolada llanura manchega».

Muy cerca de la tumba de Larra, le llamó la atención un mausoleo en forma de templete que contenía los restos de Argüelles o Mendizábal y que hoy están en el Panteón de Hombres Ilustres.

Aquí se abre un paréntesis para contar la aberración arquitectónica que se hizo para ampliar el colegio de los dominicos dejando dentro del patio el «campanile» que figuraba en el proyecto inicial de la Basílica de Atocha, con intención de construirse al modo del conjunto de la plaza de los Milagros de Pisa. El «campanile» quedó apartado, el cementerio alejado y el conjunto nunca llegó a existir.

Volviendo a Colombine, consigue que la contrate Augusto Suárez de Figueroa, director del Diario Universal, con una sección titulada Lecturas para la mujer. A él se le debe la invención de su pseudónimo.
Con 40 años, Colombine conoce a Gómez de la Serna que solo tiene 20 años, e inician una relación apasionada.

Nieves Concostrina retoma la historia de Larra considerado el creador del periodismo moderno que se suicidó el 13 de febrero de 1837. El entierro fue el más multitudinario que ha conocido Madrid, después del de Lope de Vega. Se veló el cuerpo en la iglesia de Santiago durante dos días y fue enterrado en sagrado, a pesar de ser un suicida.

José Zorrilla tenía veinte años, quería ser periodista y escritor, y pasaba hambre. El frío se lo quitaba en la Biblioteca Nacional. Su amigo Joaquín Masa le informa del suicidio de Larra y le insta a escribir algo y acudir al velatorio.
Compuso unos versos, consiguió llegar al cementerio y, según contó Mesonero Romanos, los leyó, fue muy aplaudido y, aquel día, el del entierro de Larra, comenzó su fama.

Los restos de Larra serían trasladados a la Sacramental de San Justo, en dónde se encuentran en la actualidad, en un panteón propiedad de la Asociación de Escritores. Gómez de la Serna, está enterrado en esa misma sepultura.

Todos los restos que se han conseguido conservar, son los que estaban fuera de las iglesias. Calderón de la Barca, Velázquez, Zurbarán o Lope de Vega, no han sido encontrados en el afán de la iglesia de esconderlos para no ser profanados.

Colombine murió de un infarto en 1932 y fue enterrada en el Cementerio Civil de Madrid.
Casualmente, a muy pocos metros, está enterrado Pío Baroja, que lo pidió expresamente, petición que consiguieron cumplir a pesar de la presión que se ejerció sobre la familia para que reposase en sagrado.

De esta forma tan amena, nos ha unido la historia de Larra, Augusto Figueroa, Carmen de Burgos, Ramón Gómez de la Serna, Pío Baroja y Zorrilla.

Un último apunte, Colombine escribió en 1931 Puñal de claveles, que contaba el crimen de Níjar, acontecido en 1928. Una tarde, invitada por Gómez de la Serna a su casa, coincidió allí con Lorca que vio y leyó la novelita, muy poco tiempo después, publicó Bodas de sangre, basada en el crimen de Níjar…

«Yo cuento la historia a mi manera, luego hay que ir a beber a fuentes más doctas»

Con esta frase se ha despedido Nieves Concostrina que ha merecido una larguísima ovación.

Almudena Gutiérrez




MEMORIA Jornadas Madrileñas Novela Histórica 1



Mesa 1:
Historias y leyendas de Madrid
De cuando la leyenda se convierte en historia y viceversa.
A cargo de Eduardo Valero García

Eduardo Valero, cronista de estas jornadas, nos contó durante una hora las Historias y Leyendas en Madrid: «De cuando la historia se convierte en leyenda…y a la inversa»

No podía comenzar mejor que explicando la imagen de un dragón elegida para elaborar el cartel de estas jornadas, un dragón que acompañó durante siglos la heráldica de Madrid. Pero ¿de dónde surge?

En el siglo XVI, la actual plaza Mayor era un espacio propiedad de los Luján con una pequeña laguna en el centro, esta laguna, que las leyendas han llegado a convertir en lago, fue en la que los vecinos se inventaron un habitante, un monstruo con forma de dragón.

A la leyenda hay que sumar la aparición de una culebra, bicha, serpiente o como queramos llamarla, labrada en piedra en la cercana plaza de Puerta Cerrada. Esta culebra, fue narrada y dibujada por Juan López de Hoyos en sus crónicas de Madrid pero pareciéndole insuficiente, se inventó y dibujó un dragón alado con cabeza de mastín, que incluso aparece tallado en piedra en la Casa de la Villa, junto al oso y el madroño.

El dragón fue incorporado a la fuente de La Cibeles como surtidor, junto con otro en forma de oso. Ambos fueron retirados en 1862, cuando la fuente dejó de abastecer de agua a los ciudadanos, y se pueden contemplar en el museo de los Orígenes de Madrid.

Coincidiendo con el IV Centenario de la capitalidad de Madrid, Dalmiro de la Válgoma, historiador y genealogista, miembro de la Academia de Historia, instó a quitar tras un amplio estudio, tanto la corona cívica (incorporada como premio al pueblo de Madrid, por su comportamiento durante la invasión francesa) como el dragón que nunca existió. Esto ocurrió en 1967, cuatro siglos después de inventarse la leyenda del monstruo de la laguna.

Una segunda leyenda muy unida a los madrileños es la de los famosos «gatos» ¿Por qué gatos?
En el siglo XI, el capitán segoviano don Fernán García de la Torre junto con don Díaz Sanz y los Quiñones, institución armada formada por cuatrocientas hombres, ayudaron al rey Alfonso VI a la toma de lo que entonces era Mayrit o Magerit, que estaba en poder de los musulmanes. Cuenta la leyenda que Fernán fue trepando por las murallas siendo observado por la tropa que atónitos comentaban que parecía un «gato». Fernán llegó a un torreón arrancando la enseña mora, colocando en su lugar la cristiana. De su hazaña deja constancia histórica la Puerta de Madrid en Segovia.
En el siglo XIV, aparece historia sobre Fernán Álvares Gato, descendiente de Fernán García, convirtiéndose este apellido en uno de los más ilustres de Madrid.

Por tanto, los gatos, como sinónimo de valentía de los madrileños, tienen su origen en dos segovianos.

La tercera historia-leyenda que Eduardo Valero nos tenía preparada, es el origen de la palabra «gilipollas», muy extendida entre los madrileños. Se dice que proviene de Don Baltasar Gil Imón de la Motta y sus dos feas hijas, Fabiana y Feliciana, con las que él paseaba para buscarles marido, dando lugar a la frase «Ahí viene Gil con sus pollas» y derivando en la actual palabra.
Pues ni las hijas de don Gil eran feas, que eran bellísimas, ni eran dos, falta por mencionar a Isabel. Lo que ocurre es que, en la corte de Felipe II se promulgó una Pragmática por la que las mujeres no podían hacer ostentación de belleza ni de joyas, y habiendo estas damas desacatado esta orden, tuvieron que vestir hábitos de monjas mercedarias, como lo cuenta Ricardo Sepúlveda en sus textos. Don Gil Imón, hombre adinerado, sirvió en las cortes de Felipe III y Felipe IV.

No quiere dejar de contarnos Eduardo Valero, el fantasma que no existe ¿o sí?, en «La casa de las siete chimeneas» en la madrileña plaza del Rey y que se pasea por las noches por el tejado.
Elena, una bella mujer, que conquistó el corazón de Felipe II y viuda de un militar muerto en la batalla de San Quintín. ¿Murió de pena? ¿Murió asesinada? ¿Alguien ha visto su fantasma?...
Mariano García Cortés en su libro Historia de siete chimeneas y una casa, desmonta esta leyenda, como casi todas, sin base real. De hecho, en 1888 se derribó el antiguo edificio y el que hoy contemplamos es de una construcción posterior.

Podría haber seguido contándonos historias, pero ya solo pudo mencionar, por falta de tiempo, el fantasma de la casa misteriosa del Cerro de las ánimas, en el antiguo barrio llamado de Goya, cuya noticia salió en todos los periódicos o la leyenda del oso símbolo de Madrid, que es en realidad una osa, o del madroño que no se sabe si es un madroño…

Eduardo Valero, desmontando leyendas, nos ha dado una lección de Historia.

Almudena Gutiérrez



lunes, 28 de octubre de 2019

Te llamarás Aixa



Mi mirada se pierde en el paisaje que se abre ante mis ojos, La Alhambra, y pienso en Aixa…

Aixa, una gran mujer. La honesta, la llamaban. ¿Honesta?, no diría yo tanto. Luchó con todas las fuerzas que tuvo a su alcance para que su hijo reinara, para vencer como madre lo que no había conseguido como esposa y, si para ello tenía que conspirar contra su marido, lo haría.
¿Qué más daba? Ella, hija de reyes, había enviudado cuando degollaron a Mohamed X, y la habían vuelto a casar con el hijo del asesino de su esposo, convertido en príncipe heredero, Muley Hacen. Veinte años había durado este segundo matrimonio, pero ahora la alcoba del sultán la ocupaba una cristiana. ¡Cuántas tardes había visto caer el sol y oscurecer el palacio en el que hubo un tiempo en el que fue feliz! Lo contemplaba desde la lejanía del Albaicín, esperando el día en el que su hijo se convirtiera en sultán.

Aixa lo consiguió, pero le sirvió de poco, Boabdil se convirtió en el último emir de Granada. Se lo entregó a sus católicas majestades, los reyes Isabel y Fernando. ¿Católicos?... poco tardaron en incumplir todas sus promesas y expulsar a los musulmanes, a su pueblo.

Fez fue su última morada antes de irse a disfrutar del paraíso, pero tuvo tiempo de contar su historia a su hija, esa que no ha pasado a los libros porque a nadie le interesa la verdad de una mujer a la que educaron con refinamiento, sufrió la muerte violenta de de su primer marido y dos de sus hijos, el confinamiento en sus aposentos, mientras su esposo amaba a la cristiana, la expulsión de la ciudad que tanto había amado y la muerte de su hijo Boabdil, el que fuera su razón para vivir.

A nuestros días solo ha llegado la famosa frase que ella nunca pronunció y que se inventaron varios siglos después de su muerte. ¡Qué poco se sabe de ella!


No puedo evitar que una lágrima corra por mi mejilla, el médico me ha confirmado hoy que eres una niña, te llamarás Aixa, como yo, como todas las anteriores, y conocerás su historia, la verdadera historia de la madre del último emir de Granada, porque yo te la contaré, como a mí me la contó mi madre, como llevan haciendo cinco siglos las mujeres de mi familia.

Almudena Gutiérrez





viernes, 25 de octubre de 2019

«Soledad»



Autor: Carlos Bassas del Rey
Editorial: AlRevés

Sinopsis:

La vida nos sorprende con golpes inesperados. Como el que recibe Soledad, que una mala noche se convierte en la madre de una niña muerta. Una mujer que queda tan muerta como su propia hija.
El inspector Romero será el encargado de resolver el caso, de intentar encontrar la verdad. Una verdad que busca también para su propio mal interior.


El autor:

Carlos Bassas del Rey (Barcelona, 1974) trabaja como juntaletras de fortuna, labor que equilibra con la docencia y la escritura de guiones. En el 2007 ganó el premio Plácido al Mejor Guion de Género Negro en el IX Festival Internacional de Cine Negro de Manresa. En el 2012 publicó su primera novela, Aki y el misterio de los cerezos (Toro Mítico), y ganó el premio Internacional de Novela Negra Ciudad de Carmona con El honor es una mortaja (Tapa Negra). En el 2015 llegó Siempre pagan los mismos (Alrevés), ganadora del Tormo Negro, y una nueva entrega de la saga japonesa Aki, El Misterio de la Gruta Amarilla (Quaterni). En el 2016 publicó el libro de haiku Mujyokan (Quaterni), la novela corta La puerta Sakurada (Ronin Literario) y Mal Trago (Alrevés), y en el 2018, El samurái errante (Quaterni). Ese mismo año publicó su última novela negra, Justo (Alrevés), que ha sido nominado a varios premios, entre ellos el Hammett.



Mi opinión:

Creo que esta es la opinión que más trabajo me ha costado escribir. Es una novela durísima en la que se alternan las voces de dos personajes rotos, Soledad y Romero.


La vida de Soledad queda clarísima, al desnudo: una niña violada, esclava y esposa de su violador y de su suegra, y madre, sobre todo madre, de su nena. Esa nena que le han arrebatado.

La de Romero, atormentado con su propia existencia, intentando averiguar que le ha pasado a la nena.
Los perjuicios, los de Romero, los del lector…las palabras justas, más menos que más, que nos dejan una desazón en la lectura, pero que nos obliga a seguir leyendo hasta el final…ese final.

Carlos Bassas ha escrito una novela dura, cruda, cruel, con un personaje, Soledad, que será recordado por el lector durante mucho tiempo y una frase:

La nena está muerta

Muy buena.

Almudena Gutiérrez

jueves, 24 de octubre de 2019

Día de las bibliotecas: El Casino de Madrid


Hoy, día de las bibliotecas, os voy a contar la historia de una que me impresionó cuando la visité la pasada primavera, junto con las chicas del blog ¡Qué bello es leer!

Una de las joyas más preciadas de El Casino de Madrid, es su biblioteca neogótica, realizada en hierro por la cerrajería Asins, igual que la del Senado. Aunque se construyó para el anterior emplazamiento del Casino, fue trasladada a su ubicación actual, en la calle de Alcalá, pieza a pieza.

Lo más importante de ella son sus fondos: atesora 36.000 volúmenes de un sinfín de materias: poesía, narrativa, arquitectura, viajes, así como una buena colección de revistas, precisó. 
Los ejemplares más antiguos datan del siglo XVI y se extienden hasta la actualidad. 
Uno de los más vetustos y valiosos, de 1611, es El Tesoro de la lengua castellana, de Sebastián Covarrubias. Todo un hito ya que es el primer diccionario monolingüe. Se trata del original. También conservan primeras ediciones de obras de escritores españoles como César o nada, de Pío Baroja; Amadeo I, de Benito Pérez Galdós; Mi religión, de Miguel de Unamuno, o Las Cerezas del cementerio, de Gabriel Miró.






Almudena Gutiérrez



miércoles, 23 de octubre de 2019

«Si esto es una mujer»


Autores Lorenzo Silva y Noemí Trujillo
Editorial Destino

Sinopsis.

La inspectora de homicidios Manuela Mauri lleva siete meses de baja cuando recibe la visita de la oficial Guadalupe Larbi para pedirle que se reincorpore al trabajo: sólo ella, le dice, tiene la autoridad y el empuje necesarios para sacar adelante una complicada investigación en la que la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid no consigue avanzar.
Tres meses atrás aparecieron restos humanos en los vertederos de Pinto y Valdemingómez. Pese a haber dedicado ingentes recursos, no se ha encontrado el cadáver completo y no hay una sola pista de la autoría del crimen. Y lo que es peor: tres meses después sigue sin identificarse a la víctima. Manuela se enfrentará de esta manera al mayor desafío de su carrera como inspectora de homicidios: la Operación Vertedero.
La búsqueda de la verdad pondrá de nuevo a Manuela en el punto de mira de sus compañeros y superiores, que han perdido la confianza en ella por los hechos acaecidos en torno al suicidio del inspector jefe Alonso, por los que Manuela quedó injustamente salpicada.
Una novela que señala los puntos oscuros de nuestra sociedad, cuestionando nuestra ceguera ante el sistema en el que vivimos. Ante todo lo que la ciudad desecha y que, nos guste o no, la define.

Los autores:
Fotografía de El País

Lorenzo Silva (Madrid, 1966) ha escrito, entre otras, las novelas La flaqueza del bolchevique (finalista del Premio Nadal 1997), Noviembre sin violetas, La sustancia interior, El urinario, El ángel oculto, El nombre de los nuestros, Carta blanca (Premio Primavera 2004), Niños feroces, Música para feos y Recordarán tu nombre. En 2006 publicó junto a Luis Miguel Francisco Y al final, la guerra, un libro-reportaje sobre la intervención de las tropas españolas en Irak y en 2010 Sereno en el peligro. La aventura histórica de la Guardia Civil (Premio Algaba de Ensayo). Además, es autor de la serie policíaca protagonizada por los investigadores de la Guardia Civil Bevilacqua y Chamorro. Con uno de sus títulos, El alquimista impaciente, ganó el Premio Nadal 2000 y con otro, La marca del meridiano, el Premio Planeta 2012. Desde 2010, es guardia civil honorario.

Noemí Trujillo (Barcelona, 1976), poeta y escritora catalana, ha publicado los poemarios: La Magdalena, Lejos de Valparaíso, La muchacha de los ojos tristes (también en edición bilingüe The Girl with Sadness in her eyes) y Solo fue un post.
Su último poemario, Brooklyn Bridge, ha sido finalista  de la XXXIII edición del premio internacional de poesía Ciudad de Melilla.
Además de poesía y relato breve escribe literatura infantil y juvenil.
Es editora del sello Playa de Ákaba.

Mi opinión:

Es una novela diferente por varios motivos: está escrita a cuatro manos, lo que me parece complicadísimo. Me he pasado toda la lectura intentando averiguar qué cosas había escrito Silva y qué cosas Trujillo y, por supuesto, no lo he averiguado. Para mí es Lorenzo Silva al cien por cien.
Desde el primer capítulo, sabemos quién es el asesino aunque desconozcamos su nombre. El propio asesino lo escribe en primera persona.

La novela consta de veinticinco capítulos y un epílogo.

Los autores han elegido como protagonista a una mujer del Cuerpo Nacional de Policía, rota por un matrimonio deshecho, con un nuevo amor casi perfecto, unos hijos adolescentes y todo lo que conlleva conciliar familia y trabajo. Recién incorporada después de una baja prolongada, el difícil caso que se le plantea es el empujón perfecto para volver a un mundo hostil, el que rodea su trabajo.

Es así como Manuela Mauri va desgranando su historia, la de su actual pareja, la de su familia y la de sus compañeros, narrando en primera persona (menos el primer capítulo que narra el asesino). Con el caso que investiga, el asesinato de una joven prostituta negra, nos introduce en el sórdido mundo de la trata de blancas y la prostitución.

El autor hace un guiño a su famosísimo personaje Vila (Bevilacqua), que ayuda a Manuela, a la que le une una antigua amistad. A partir de su conversación, se establecerá una colaboración entre el Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil.

Hay momentos durísimos, cuando nos imaginamos por lo que pasan las mujeres a las que les roban todo, su identidad, su pasado, para convertirlas en esclavas sexuales que satisfacen los instintos más rastreros del ser humano, pero los autores no se recrean, cuentan las cosas tal y cómo suceden, sin descripciones innecesarias, dejando a la imaginación del lector todo lo que no está escrito…el horror.

Es una gran novela negra, con un buen caso, unas descripciones de personajes que nos permiten conocerlos muy bien y la historia cotidiana de Manuela, que se asemeja a nuestro día a día.

Merece la pena leerla.
Almudena Gutiérrez


lunes, 21 de octubre de 2019

«Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido»


Paloma Sánchez Garnica
Editorial Planeta

Sinopsis:
Una brillante carrera como juez, el respeto de quienes la rodean, una vida independiente... Carlota lo tenía todo para ser feliz. Sin embargo, siempre le faltó una Navidad. Cuando a los doce años su madre le reveló el gran secreto, Carlota supo que ya nada volvería a ser igual. La palabra «bastarda» se convirtió en un estigma para ella. La palabra «familia» no volvió a significar lo mismo. La llamada de su padre moribundo muchas décadas después la obligará a debatirse entre el deseo de saber y la necesidad de huir.

Con la magnífica cadencia narrativa que caracteriza a Paloma Sánchez- Garnica, la autora de La sonata del silencio entreteje una novela emocional, capaz de generar una intriga permanente en el lector y cuyos personajes perfilan con maestría esta historia de secretos y mentiras.

La autora:

Paloma Sánchez-Garnica (Madrid, 1962) es licenciada en Derecho y Geografía e Historia. Autora de El gran arcano (2006) y La brisa de Oriente (2009), su novela El alma de las piedras (2010) tuvo un gran éxito entre los lectores. Las tres heridas (2012) y, sobre todo, La sonata del silencio, de la que se hizo una adaptación para una serie en TVE, supusieron su consagración entre la crítica y los lectores como una escritora de gran personalidad literaria. Con Mi recuerdo es más fuerte que tu olvido, de la que se publicaron cinco ediciones y que se ha traducido para todos los países de habla anglosajona, obtuvo el Premio de Novela Fernando Lara 2016. Su última novela es La sospecha de Sofía (2019)

Mi opinión:

Está dividida en cinco grandes partes que se subdividen en capítulos cortos. Un narrador omnisciente nos va narrando una historia lineal con continuos flashback. A través de ellas, vamos conociendo el pasado de Carlota, la protagonista, y de todas las personas que tienen o han tenido relación con su vida.

Una llamada telefónica de su hermana de padre, Julia, pone del revés la vida de Carlota, que ella ha ido tejiendo dejando guardado su pasado, y dedicando su vida, casi completamente, a la judicatura.
Mujer independiente, forjada a sí misma, se va a debatir entre el rencor, el dolor por lo que pudo haber sido y no fue y la necesidad de conocer su verdadera historia, la historia de la familia Balmaseda a la que ella pertenece, aunque no utilice su apellido.

Poco a poco, vamos descubriendo su vida, la de su padre, sus hermanos, su madre y su abuela. A través de ellos conoceremos la sociedad de una época, sus engaños, sus convicciones, el terror al «qué dirán», el papel secundario de la mujer que, sin embargo, podían hacer estragos en una familia con sus enredos y sus intrigas.

Es una novela ágil, en la que nada es lo que parece, y en la que sobrevuela, desde el principio un secreto que el lector no descubrirá hasta el final, un desenlace muy bueno que deja cerrada toda la historia. Una historia de dolor, de vidas rotas, de amores no correspondidos, de renuncias…
No puedo negar que me daba miedo que el secreto me decepcionase, después de tanta intriga, pero me parece magistral como lo resuelve.

Una novela coral, con muchos personajes, a los que describe perfectamente, llegando a conocer hasta sus más íntimos pensamientos. Me han encantado, por sus peculiaridades, Julia y Zenobia.
Cómo las circunstancias pueden marcar nuestro destino, cómo es necesario conocer todos los detalles para poder juzgar y lo importante que es el perdón.

«El perdón es lo único que puede salvarte»

Con una frase de Luis Eduardo Aute, deja que el lector tenga la última palabra en esta maravillosa historia. No dejéis de leerla.
Almudena Gutiérrez

La hoja de otoño




Dame la mano. Acompáñame y bríndame tu experiencia. No pienses que voy a juzgarte.

Tu aspecto me confiesa que caíste antes que yo, que decidiste abandonar tu árbol para volar, tocar tierra firme y sentir la lluvia y el agua bajo tus pies. Que ansiaste recibir el sol sin que otras te ocultaran, aun a costa de envejecer. Que elegiste arrugarte para poder sentir la mecida del viento, empujándote hasta surcar lugares que de otro modo no habrías conocido jamás; para estremecerte al sentir la calidez de un niño, acunándote entre sus manos para luego lanzarte al aire, desde el que pudiste observar su sonrisa y sus pupilas al mirarte.

Yo quiero ser como tú. Que abanderas tu propia vida sin ningún miedo a la muerte. Que prefieres una existencia efímera pero intensa a la inmortalidad que te promete la esclavitud.
Pilar Muñoz Álamo


miércoles, 16 de octubre de 2019

Crónica de «The London Spanish Book and Zine Fair»


La Revista Pasar Página ha tenido en The London Spanish Book and Zine Fair, una cronista de lujo, la escritora Marta Querol.
Así nos lo ha contado.

No es fácil conseguir que tu obra sea traducida a otros idiomas, sobre todo para autores independientes o sin el respaldo de una gran editorial. Sin embargo, la literatura en español tiene mucho mercado fuera de nuestras fronteras, desde españoles que viven en el extranjero hasta todo el mercado latinoamericano. Por eso, cuando me enteré de la existencia de una feria del libro en español en Londres, no me lo pensé dos veces. Era una oportunidad, llevo trabajando mis libros, con mucho esfuerzo, desde que comencé hace ya once años, y las dificultades no me arredran. También sé que nadie va a hacer el trabajo por mí, juego en otra liga. Se lo propuse a mi amiga y escritora Marina Lomar y aceptó de inmediato. No solo se ofrecía la posibilidad de participar en la feria con tus libros, sino que nos animaron a dar alguna charla o taller en el transcurso de la misma.

Marina, que es siempre la de las grandes ideas docentes, pensó en hablar sobre cómo había evolucionado la literatura en el siglo XXI desde el punto de vista de la mujer, referido a muchos ámbitos distintos: la escritura, la lectura, la publicación, las temáticas...El título definitivo fue Literature and women in Spainduringthe 21st. century - Literatura y mujer en la España del siglo XXI. Lo propusimos y nos lo aceptaron.

Paseando por los alrededores de nuestro bonito alojamiento ―si alguna vez buscáis apartamento en Londres y veis uno de un tal Akan, huid―, habíamos vislumbrado una iglesia del típico gótico inglés que nos había dejado con ganas de visitarla más despacio. Resultó que ese sugerente lugar era donde se desarrollaba la feria. Exactamente en la Cripta de San Patricks.

En un ambiente ecléctico, alternativo y muy, muy solidario, los autores montamos nuestras mesas y aprovechamos para presentarnos y para conocer la obra de nuestros compañeros de feria, que también se interesaron por la nuestra: Trampantojo, El final del ave Fénix, Las guerras de Elena Breverías
Éramos la curiosidad de la feria, ya que el resto de autores residían allí. Entre los asistentes, pequeñas editoriales, autores con años de experiencia pero fuera de los grandes circuitos, autores noveles autopublicados, otros traducidos a varios idiomas, propuestas innovadoras… Un conglomerado cultural atractivo y con buenas expectativas.

Las primeras dos horas fueron bastante tranquilas. Entre quienes se interesaron por la novela, una joven que también estaba en la feria como expositora, Daniela, con quien debatimos sobre la situación de la mujer en la España de la dictadura, sobre la vida de nuestras madres y abuelas que retrato en la saga de los Lamarc. Enamorada de la historia moderna de España, se llevó El final del ave Fénix. Lo cuento porque, lo que no me esperaba, es que para el domingo hubiera terminado de leerlo y me escribiera un wasap de los que animan a continuar el camino.

Marina Lomar con su Trampantojo endulzó la jornada con el puro moro que simboliza su portada, pero el dulce no eclipsó la aceptación que tuvo su novela. Los temas que trata, universales, interpretados desde la visión femenina, despertaron el interés de los visitantes.

Comenzaron las charlas, exposiciones interesantes sobre distintos aspectos que preocupan a los autores hispano hablantes o bilingües relacionados con el mercado británico; talleres sobre cómic, cuentos o poesía; actuaciones en vivo, alguna de las cuales la compartimos en directo… El ambiente era estupendo, y la afluencia, a partir de las cinco de la tarde, tremenda. La cripta se convirtió en un hervidero multicultural de gente con hambre de libros en español. Las mesas se vaciaban y para cuando acabó la jornada, pasadas las siete de la tarde, dábamos el viaje por bien empleado. Y quedaba todavía una jornada más.

Cuando pensábamos que íbamos a pasar una tranquila velada, tuvimos la suerte de encontrarnos con un grupo de mujeres creativas, revolucionarias y acogedoras con las que habíamos estado hablando en la feria ―e intercambiado algún libro―, que nos animaron a acompañarlas en una peculiar celebración. El grupo se denomina De lujurias y musas, y capitaneado por Patricia Cardona lleva a cabo unas interesantes reuniones para escribir a partir de una idea común cuyo resultado es el libro Encuentros junto al Támesis. De putas, locos y otros oficios, que se ha venido a España con nosotras y que presentaron la tarde del sábado en Thefeminist Library.

No imaginamos que acabaríamos hablando de sexo, política, mujeres creadoras y muchos otros temas interesantes, montadas en rickshaws y bebiendo champán, como si nos conociéramos de siempre. Casualidades de la vida, una de ellas, Lola Llatas, era justo de al lado de Valencia, y mientras ella se ha quedado en Londres, su libro Relatos intranquilos para viajeros se ha vuelto con nosotras.

El sábado por la mañana Marina y yo éramos las encargadas de abrir el fuego con nuestra charla. No era buena hora en un día perfecto para hacer un brunch, pero tuvimos un público entregado y cómplice que no dudó en llevarse nuestros libros y continuar el debate finalizada nuestra exposición.

Entre la gente interesante que conocimos, una de ellas venía del colegio Gabriel García Márquez, una escuela donde los niños aprenden a hablar correctamente el español desde pequeños. Ignorábamos que existiera y fue una alegría saber que nuestros libros formarán parte de su biblioteca.

La víspera pensamos que igual podríamos salir a comer. Por fortuna nos llevamos unos sándwiches porque aquello era una fiesta de público, de actividades interesantes y productivas. De no ser por ese tentempié nos habríamos quedado sin comer, porque era impensable irse de allí. Para el final de la tarde, tras unas actuaciones maravillosas y un recital de poesía leída por distintos participantes, llegó el momento de recoger. Poco quedaba: tanto los libros como los bombones y gominolas que Marina llevó fueron un éxito rotundo. Dejamos la feria contentas, con la sensación de que los objetivos se habían superado y con contactos muy interesantes.

Fantástico trabajo y organización el que realizaron las promotoras de este evento cultural con las que estuvimos en permanente contacto, Brenda Naso y Silvia Demetilla de La Tundra Revista. Gracias por la iniciativa y el apoyo constante. Y a Matías Galán por las fotos que nos han hecho llegar y que son un precioso recuerdo de estos días.
Marta Querol Benèch