sábado, 23 de junio de 2018

Feria del Libro de Madrid 2018


1933
(Fotografía de MADRID EN BLANCO Y NEGRO)
La 77 Feria del Libro de Madrid 2018 se clausuró el pasado domingo día 10, con un éxito de público. En los 17 días que ha durado, más de 2000 autores han firmado ejemplares a sus lectores, repartidos en las 363 casetas. Se estima que las visitas han superado los dos millones doscientas mil personas, pero las ventas, aun siendo altas, se han reducido con respecto al 2017.
Es verdad que la meteorología no ha ayudado nada, con una inauguración que se suspendió por la lluvia y que fue el presagio de lo que vendría cada día, en esta extraña primavera que hemos vivido en la capital.
Por primera vez, los autores autoeditados, capitaneados por Laura Sanz y María Montesinos, se organizaron y citaron a sus seguidores en una pradera en la parte posterior de la propia Feria para poder firmar sus obras, que había que llevar compradas previamente, ya que el encuentro no pretendía hacer la competencia a los libreros si no sentirse representados, darse visibilidad más allá de las redes sociales. A última hora la librería Atenas se ofreció a vender un máximo de cinco ejemplares por cada autor que se había inscrito en la extraña concentración que resultó ser un éxito.
Se ha echado el cierre y se abre un debate sobre la necesidad o no de modificar el emplazamiento y la fecha y el intentar dar cabida a los sellos que solo publican en digital. Ocurra lo que ocurra, este año nosotros estuvimos allí, a ratos, cuando pudimos, paseando solos o acompañados y, en el caso de nuestro compañero Víctor, firmando ejemplares de su nueva novela en Ediciones Versátil.
Como dice Rosa Montero, “La Feria combina esa mezcla de personalidad cosmopolita y pueblerina que tiene Madrid” y así la hemos fotografiado.
Alejandro Palomas

Jorge Díaz

Laura Sanz

Luis Ramiro

Marwan

Mayte Esteban

Mercedes Gallego

Pere Cervantes

Autores autoeditados

Rosa Montero

Víctor Fernández Correas y Mercedes Gallego

Víctor Fernández Correas


Y muchos otros a los que hemos podido saludar pero que no ha sido posible hacerse una foto por la cantidad de lectores que requerían su atención.

miércoles, 20 de junio de 2018

El último baile de Marisa Sicilia.




Marisa Sicilia comenzó a escribir un buen día de julio de 2010, convirtiéndose en una adición que la ha llevado a publicar ocho novelas. Le gusta cambiar de época, variar los esquemas, tratar de sorprender y, con un poco de suerte, conseguir emocionar.
Le parece muy divertido escribir novelas y le gustaría más que también lo fuese leerlas.



Si queréis saber más sobre ella y conocer todos sus títulos, podéis visitar su blog http://marisasicilia.blogspot.com/

Viena, 1952.
Andreas y Lilian se reencuentran inesperadamente en un café tras una larga separación. Mientras pasean juntos por el Prater, Lili recuerda su historia de amor con Andreas, su enamoramiento incondicional y juvenil, el primer desengaño, el fracaso en su intento de olvidarlo, la reconciliación y los años locos que vivieron juntos en el salvaje Berlín de entreguerras. Recuerda cómo, a pesar de las separaciones y las distancias, nunca dejaron de amarse.
Porque el de Lili y Andreas es uno de esos amores que perduran a través del tiempo y las pruebas.
Porque las verdaderas historias de amor nunca terminan.

Mi opinión

El último baile se desarrolla en los convulsos años que vivió Europa entre 1921 y 1938. Nos cuenta la Historia con mayúsculas, en especial todo lo sucedido en Viena y Berlín, las dos ciudades en las que vivirán nuestros protagonistas, Lilian y Andreas, en el periodo de entreguerras.
Con una historia de amor como pretexto, y con una magnífica labor de documentación, nos cuenta los años que cambiaron el rumbo de millones de personas que tuvieron que luchar por sobrevivir, por olvidar una Gran Guerra, sin poderse ni imaginar lo que les esperaba. De la vida fácil, el lujo y el desenfreno, al miedo, la miseria y los campos de concentración. Una delgada línea que puede cambiar nuestra vida.
Marisa Sicilia lo narra con una fluidez y una sencillez que nos absorben haciendo una lectura adictiva y queriendo saber más de los personajes y del mundo que les rodea. Un mundo cruel en muchas ocasiones, en el que las mujeres no tienen poder de decisión y suelen estar dominadas por sus padres o sus maridos.
Lilian, la jovencita debutante en el baile de la alta sociedad vienesa de 1921 que se convierte en una mujer luchadora, defendiendo su amor por encima de todo.
Andreas, el hombre atractivo al que Lilian ama desde siempre, con una personalidad compleja y al que me habría gustado abofetear en algún momento.
La autora consigue la difícil labor de que nos podamos meter dentro de sus personajes. He sufrido con Lilian, he olido su perfume y admirado sus vestidos en las noches locas de Berlín. No he tenido problema en imaginar a Andreas abatido, o su mirada azul profunda.
Conforman una historia de tal intensidad, que los personajes secundarios casi pasan desapercibidos, aunque tienen gran importancia y están muy bien descritos. Nadie sobra.
Mi abuela siempre decía que en toda pareja uno tiraba del carro y otro se dejaba llevar subido encima. Mi opinión es que en esta historia, Lilian tira del carro todo el tiempo y Andreas se deja llevar, algo muy complicado en los años veinte. Y ese es otro de los méritos de esta novela. No es un amor de empalago, sino real, con sus luces y sus sombras.
No quiero contar nada más. Os invito a leer esta preciosa novela histórica con una bonita historia de amor de fondo, o esta historia de amor con una magnífica lección de historia de fondo.
Almudena Gutiérrez

viernes, 15 de junio de 2018

Se llamaba Manuel de Víctor Fernández Correas


Sinopsis:

El cuerpo del joven Manuel Prieto aparece en el Cerro Garabitas de la Casa de Campo de Madrid el día de Nochebuena de 1952. Gonzalo Suárez, inspector de segunda del Cuerpo General de Policía, se hace cargo del caso. Un caso que, sin saberlo, cambiará su vida tal y como la conoce.
El teniente Arturo Saavedra negocia los términos del acuerdo que permitirá a Estados Unidos establecer bases militares en España. Y lo hace por convicción, pero también por interés personal: las negociaciones son la puerta abierta a la nueva vida que ansía por encima de todo.
Marga Uriarte vive con odio. En el pasado coqueteó con el entorno del Partido Comunista de España. Ahora, un viejo conocido le pide ayuda en nombre del partido. Lo que parecía un mero trámite para ganar algo de dinero se convierte en una oportunidad inmejorable para saldar cuentas con su pasado.
Tres historias que se desarrollan en una España en la que, se aseguraba, había empezado a amanecer. Aunque no para todos.


Mi lectura:

Un preámbulo que ya nos anticipa que nuestra lectura será dura, da paso a un primer capítulo en el que la mañana de Nochebuena de 1952 aparece muerto Manuel. Sí, porque el personaje que da nombre al título, ya está muerto cuando comienza el libro.
En capítulos cortos nos vamos a encontrar con tres historias paralelas, la de Gonzalo Suárez, policía encargado de investigar el asesinato de Manuel, la del militar Arturo Saavedra, muy cercano a la camarilla que visita a Franco en El Pardo y a Maga Uriarte, una bella mujer con un triste pasado.
A los tres nos los va a mostrar con sus aciertos y sus miserias, perfilando unos personajes a los que terminaremos conociendo muy bien, queriendo y odiando. Por supuesto están acompañados por unos secundarios de lujo, de los que yo me quedo con Canelita y con Rosa Prieto, la madre de Manuel, por la ternura que me han producido.
La música es la cuarta protagonista. Se puede decir que es una novela con banda sonora. También nos lleva al cine de esa década y, cómo no, al futbol, Gonzalo es un sufridor como seguidor del Atlético de Madrid.

Con un magnífico trabajo de documentación, nos muestra el Madrid de 1952-1953, ese en el que parecía que la guerra y la posguerra ya eran solo historia pero en el que seguía existiendo una brecha enorme entre los vencedores y los vencidos, entre los ricos y los pobres. Un Madrid gris de casas señoriales, criadas con cofia y miseria, mucha miseria. Un Madrid negociando con los americanos para romper el aislamiento internacional, con unos gerifaltes que no están a la altura, modélicos maridos de día y puteros de noche, a los que solo les mueve su propia ambición.
Política, espionaje, investigación, clandestinidad, prostitución, una pizca de amor…todo cabe en este magnífico libro que nos retrata una época y en el que el autor consigue ir entrelazando las historias para que todas acaben siendo una y mantengan la intriga del lector.
No deja nada sin cerrar, ni la más mínima historia que nos cuenta. Todo tiene una explicación y un final. Probablemente no sea el final más bonito, aunque sí el más lógico, porque ha buscado ser realista, mostrarnos las cosas como son, por duras que sean, sin recrearse en ellas pero describiéndolas con la crudeza necesaria.
Es en resumen una gran novela en la que ha sabido fusionar la Historia de España con unos personajes de ficción creíbles y muy trabajados.

Mi opinión personal:

Tengo especial cariño a esta novela, porque el autor me dejó leer el manuscrito para que le confirmase que las zonas de Madrid por las que discurre el libro, estaban bien descritas. Ya sabía yo antes de comenzar la lectura que no iba a encontrar ni un pero, porque Víctor es un escritor concienzudo que trabaja con un mapa a su lado y camina por los lugares por los que caminan sus personajes, pero me hizo muchísima ilusión que contase conmigo y devoré la lectura, quitándome horas de sueño. No pude dejar de comentar en Facebook que había leído un magnífico libro del que no podía hablar. Que Versátil haya creído en él, como lo hicimos aquellos que lo leímos hace meses y a los que nos enamoró Marga, odiamos a Arturo e intentamos comprender a Gonzalo, me ha llenado de alegría. Ahora lo he vuelto a leer y sigo opinando lo mismo, Se llamaba Manuel se merece estar entre los grandes.
Almudena Gutiérrez

En el blog del autor encontraréis toda su información.

miércoles, 13 de junio de 2018

Un hotel en ninguna parte de Mónica Gutiérrez




Mónica Gutiérrez nació y vive en Barcelona. Es licenciada en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y en Historia por la Universitat de Barcelona (UB).
Apasionada lectora, escribe novela, relatos y poesía. En la actualidad compagina la escritura de ficción con la docencia y suele charlar de literatura con buenos amigos en su blog Serendipia.
Debutó en el mundo de la publicación con Cuéntame una noctalia, y las buenas críticas de Un hotel en ninguna parte, su segunda novela, mantuvieron a la autora durante más de un año en la lista de los más vendidos de Amazon.
Después publicó El noviembre de Kate y la última La Librería del señor Linvingstone.

No me gusta mucho etiquetar las novelas que leo y por este motivo desconocía el método narrativo llamado «feel good» hasta que descubrí a Mónica Gutiérrez e indagando sobre ella me encontré con que se la considera una de las mejores escritoras de este género en España.

Para aquellos que no lo sepan «feel good» son historias sencillas, en las que priman los buenos sentimientos y en las que la lectura busca dejar un poso positivo. A mí personalmente me parecen cuentos de hadas para adultos.
Pues dicho esto, yo necesitaba leer algo que supiese que no me iba a decepcionar y que me asegurase una sonrisa y recordé que tenía pendiente Un hotel en ninguna parte.

Resumen:

Cuando Emma Voltarás acepta trabajar ese invierno en El Bosc de les Fades, un excéntrico hotel emplazado en el corazón de un bosque, poco puede imaginar que va a resultar ser la mejor de las segundas oportunidades que a veces concede la vida. Sumida en el tiempo fuera de descuento de El Bosc de les Fades, Emma descubrirá que la amistad y la esperanza pueden encontrarse en cualquier lugar, por muy escondido que esté. Quizás de la mano de una camarera de habitaciones hada madrina. O de una niña extraordinaria. O de un viejo escritor necesitado de ternura. O de un cocinero que le abrirá las puertas de los escenarios. O de un surfero que se hace mayor a su pesar. O de una jardinera susceptible, preocupada por sus violetas. O, quizás, de la mano de un hombre huraño y maravilloso, capaz de devolverle la ilusión de bailar sobre zapatos de cristal entre las flores de un jardín encantado.
No importa que el lugar en donde estés no aparezca en un GPS: cuando el amor viene a por ti, te encuentra.
Sin mapas. Sin prisas. Sin condiciones. Ven a perderte en El Bosc de les Fades.

Mi opinión:

Emma me ha cautivado, pero no ha habido un solo personaje que no me haya parecido maravilloso. Los hermanos Samuel y Tristán, el señor Linvingstone, el cocinero, la camarera y su hija y el recepcionista gruñón.
La formula narrativa, los correos electrónicos que escriben Samuel y Tristán a su madre y Emma a su mejor amiga, nos sirven para familiarizarnos con todos los habitantes del hotel, a través de lo que se cuenta en ellos y cómo se cuenta. Aunque nunca podemos leer las respuestas, no es difícil imaginárselas y encariñarnos con las dos destinatarias de los correos.
Pero por encima de todo está el lugar, El Bosc de les Fades, ese enigmático hotel difícil de encontrar, con algún que otro fantasma, o no, en el que Emma podrá reencontrarse a sí misma y el lector envidiarla por no poder pasar allí unos días.
Es una lectura absorbente pero sencilla, bien escrita, bien construida, en la que podemos sentir la música, la comida, las flores y hasta el olor del buen té.
No puedo más que invitaros a leerla, no os decepcionará.