martes, 26 de marzo de 2019

Nadina o la atracción del vacío de Marisa Sicilia




Sinopsis



Mathieu Girard es agente de los Grupos de Intervención de la Gendarmería Nacional, una unidad de élite francesa. Le gusta su trabajo y siente cierta atracción por el riesgo, que se empeña en negar y le causa problemas a la hora de mantener relaciones estables.
Es responsable y reflexivo y su situación afectiva no es su prioridad. En París y en situación de alerta máxima ante la amenaza de ataques terroristas, Mathieu deberá vigilar de cerca a Dmitry Zaitsev, un empresario ruso involucrado en negocios turbios que asegura que puede evitar que una letal partida de armas llegue a manos de los extremistas. Y también conocerá a Nadina.
Todas las señales le advierten de que no debe acercarse a ella, pero, cuando amas el peligro, eso no debería importar.






Marisa Sicilia comenzó a escribir un buen día de julio de 2010, convirtiéndose en una adición que la ha llevado a publicar ocho novelas. Le gusta cambiar de época, variar los esquemas, tratar de sorprender y, con un poco de suerte, conseguir emocionar.

Le parece muy divertido escribir novelas y le gustaría más que también lo fuese leerlas.
Si queréis saber más sobre ella y conocer todos sus títulos, podéis visitar su blog http://marisa-sicilia.blogspot.com/


Mi opinión

La historia se desarrolla en Paris en el año 2016, cuando la ciudad está, y sigue estando, en alerta máxima por ataques terroristas.
Como siempre que leo a Marisa Sicilia, me parece estar ante una novela dentro de otra novela, me explico: la historia de Mathieu, su pertenencia a los Grupos de Intervención de la Gendarmería Nacional francesa y la misión que se le encomienda, ya sería una novela. En esta interesantísima trama, la autora ha encerrado una historia de amor.
Se nota el trabajo de documentación desde la página uno, en unos temas tan difíciles de plantear como son el terrorismo, el espionaje y contraespionaje, la mafia rusa, los negocios turbios o la diferencia de criterios entre los altos mandos que se sientan tras una mesa de despacho y los que se juegan la vida en el trabajo de campo.
Además, ha intercalado sucesos reales a los inventados para su historia, teniendo la habilidad de manejarlos de forma que no distingamos entre unos y otros, haciéndolo con todo el respeto que se debe a un tema tan escabroso como cercano, el terrorismo yihadista.
También nos cuenta la guerra de Chechenia, el horror vivido por su población, las secuelas…, todo ello con una sencillez digna de elogio.
Los personajes, muy bien construidos, los buenos, que no son tan buenos, los malos, que nos son tan malos…o sí…los giros que hace, los capítulos con un ritmo trepidante, porque ni los que son exclusivamente de amor son pausados. Todo es intensidad en esta novela.
En cuanto a los personajes, el protagonista indiscutible es Mathieu, con dos secundarios de lujo: Nadina y Dima.
Mathieu me ha gustado desde el primer momento y me ha seguido gustando según le he ido conociendo: guapo, duro, tierno, comprometido con su trabajo…
Dima me ha resultado muy interesante. Un pasado que, a veces, me ha hecho justificar sus acciones y buscar entre líneas qué hay más allá de su coraza.
Nadina. No me ha caído bien, me ha parecido falsa y ñoña y la autora ha necesitado muchísimas páginas para hacerme cambiar de opinión, aunque debo confesar que lo ha conseguido.
Es una grandísima novela, bien construida, en la que la historia de amor es solo un hilo conductor para que la trama vaya avanzando.
Merece la pena leerse.

Almudena Gutiérrez









Un secreto de Alejandro Palomas



Editorial: Destino Infantil & Juvenil

Temática: Juvenil A partir de 12 años

Colección: NARRATIVA JUVENIL

Alejandro Palomas ha vuelto a las librerías con Un secreto, su segunda novela juvenil. En ella rescata a Guille, el protagonista de Un hijo y, acompañado de su amiga Nazia, nos sumerge en una nueva historia.

Sinopsis

Es que como Nazia es mi amiga y desde Navidad vive con papá y conmigo porque es mejor, ahora es mi hermana de acogida, que es como si fuera una hermana de verdad pero sin transfusión y eso quiere decir que nos lo tenemos que contar todo, hasta los secretos más secretos. Aunque el secreto más gordo de todos Nazia no se lo ha contado a nadie porque su madre le dijo que si lo hacía, ella se moriría de pena.
Pero al final, como somos casi hermanos, me lo ha contado.

“Esta es la historia de una verdad. Quizá sea también la tuya.
Si lo es, ¿qué harás con ella? ¿Silenciarla? ¿Compartirla?
Tú eliges. Ese es el secreto”

ALEJANDRO PALOMAS (Barcelona, 1967) es licenciado en Filología Inglesa y Master in Poetics por el New College de San Francisco. Ha compaginado sus incursiones en el mundo del periodismo con la traducción de importantes autores. Entre otras, ha publicado las novelas El tiempo del corazón, El secreto de los Hoffman, El alma del mundo (finalista del Premio Primavera 2011), El tiempo que nos une, Una madre, Un perro y Un amor, obra con la que ganó el Premio Nadal 2018. En 2016 obtuvo el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil con Un hijo, su primera novela juvenil.
 
Esta novela fue presentada el día 21 de marzo en La Casa del Libro de Rambla Cataluña en Barcelona y será presentada en Madrid el próximo día 2 de Abril en la Librería La Fábrica.


lunes, 25 de marzo de 2019

151 cuchilladas de Rocío Castrillo






Hoy traemos al blog la novedad de Pábilo Editorial, que publicará a mediados de abril 151 cuchilladas de Rocío Castrillo.

La historia del atroz doble crimen de Almonte se convierte en novela de no ficción con «151 cuchilladas»

La autora se sumerge en el oscuro ambiente de este crimen sin castigo y desgrana todo el proceso desde el día de los asesinatos hasta la actualidad
Todas las personas que, de una manera u otra, se vieron afectadas por el terrible suceso aparecen en la novela.

Sinopsis:

El 27 de abril de 2013 Miguel Ángel Domínguez y su hija María, de ocho años, fueron brutalmente asesinados en su domicilio de Almonte (Huelva). Inspirada por «A sangre fría», el clásico de Truman Capote, la veterana periodista y escritora Rocío Castrillo se trasladó desde Madrid a su pueblo natal para relatar los hechos como testigo directo. Este libro es el resultado de un intenso y documentado trabajo con los protagonistas reales de la historia. La autora nos ofrece retratos pormenorizados de las víctimas, del acusado y del entorno de ambos. Asistió al juicio celebrado en Huelva y ha contado con la colaboración de los investigadores de la Guardia Civil. Sobre la base de su experiencia en el proceso nos presenta una completa radiografía del doble asesinato y del entorno en que aconteció. «151 cuchilladas» es una novela de no ficción que ofrece un relato estremecedor de pasiones desbordadas, testimonios desgarradores y escenas sobrecogedoras sobre un atroz doble crimen sin castigo que guillotinó la paz almonteña, y abrió uno de los capítulos más oscuros de la crónica de sucesos de España.

La autora:

Rocío Castrillo es periodista y escritora. Tiene una larga trayectoria profesional en diversos medios de comunicación nacionales, como RTVE o Cambio16. Cuenta con más de 200 portadas publicadas en la prensa española y en 2001 recibió el Premio Nacional a la No Violencia Contra la Mujer del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, modalidad prensa, por tres reportajes publicados en portada de Cambio16. En la actualidad ejerce el Periodismo en publicaciones digitales y escribe. Es autora de tres novelas: Una mansión en Praga, (Descubrebooks, 2013); Ellas y el sexo (Sial-Pigmalión, 2014), por la que recibió el Premio Escriduende 2014 a la autora más mediática en la Feria del Libro de Madrid; y En el fin de la Tierra (CreateSpace, Amazon, 2016).










Un día de Febrero muy especial de Daniel Lanza


Hoy traemos este bonito relato por cortesía de Daniel Lanza.




Daniel Lanza ha publicado relatos en revistas como Vozed, El ático de los gatos y Cromomagazine. Ha participado en las antologías colectivas 13 puñaladas (Dos mil locos Editores) y Tiempo prestado (Gilead ediciones). Administró la web Librecinefilo desde 2009 hasta 2013. Ha publicado artículos sobre cine en Dentrocine, Mundocine y Actualidad cine. también ha escrito artículos sobre literatura para Actualidad literatura. Recopiló los escritos de su blog en el libro Y las palabras curan.  Su blog literario es lapalabraylarazon.es



Un día de Febrero muy especial

Se consideraban amigos y habían quedado allí como otro día cualquiera. En aquel sitio en el que servían palomitas con cada consumición. Se escuchaba rock de fondo y en algunas mesas había parejas que se hablaban muy cerca, algunas al oído. A Nuria le había llamado la atención una de las mesas en las que había un par de hombres; dos amigos que parecían concentrados mientras miraban cada uno su Smartphone.

Cada día, el camarero, que estudiaba antropología en una facultad local, escribía una frase de algún filósofo en una pequeña pizarra que había tras la barra. A Ricardo le gustaba decir que aquel sitio era un antro con clase. Aquel día aprendieron los dos algo más sobre el amor.

Se sentía raro, pero ella siempre le escuchaba. No se había sentido nunca igual con nadie. Y había quedado con ella para contarle lo mal que se sentía porque le habían dejado. Tenía un regalo dentro de una bolsa y muchas ganas de llorar. Le explicó a su amiga que le habían dejado aquel mismo día de San Valentín. Y ahora tendría que pasar veinticuatro horas pensando en por qué le habían dejado, precisamente en aquel día de San Valentín. Cada minuto contaba hasta que terminar día. Pensó que solo entonces podría empezar una nueva vida en soledad.

Ese «en soledad» tan dramático le había sonado a Nuria de una manera melodramática, pero también tierna. Así era él; inocente y tierno. Pero nunca sería algo más que un amigo. Porque él no se daría cuenta y los dos estarían siempre, por el resto de sus días, contándose sus cosas, y compartiendo sus vidas de una manera que nunca les llevaría a temer la perdida. Ricardo nunca se había dado cuenta de cómo a Nuria se le humedecían los ojos cuando él se mostraba realmente feliz.

Pero él no podía evitar hablar de su ex, que le había dejado sin dar explicaciones. Y Nuria, inevitablemente, intentaba explicarle que podría pasar que él no la quisiera tampoco tanto.

Pasaron tantas horas juntos que sintieron que se lo habían contado todo. Y volvieron a recordar otras cosas que los dos habían vivido juntos. Se enorgullecían de haber ido al colegio juntos. Y él siempre acababa recordando aquella anécdota en al que ella le había pedido matrimonio cuando eran muy pequeños. Y ella sonreía como si aquello nunca se le hubiera pasado por la cabeza de mayor. Lo cierto es que nunca se iba a dar cuenta a menos que ella se lo dijera. Porque le veía tierno y obsesivo. Era guapo y a los dos se les pasaba el tiempo volando juntos. Y a veces se sentía culpable por sentir algo hacía él. Como si fuera ella la que fuera a estropear su relación de amistad. Pero siempre había pensado en que llegaría el día. Llegaría el día en el que podría decirle que ella si apreciaba todos aquellos pequeños detalles que él dedicaba a su ex. Lo pensaba mientras miraba el regalo que había en aquella bolsa.

Se sentaron en el paseo marítimo. Habían merendado juntos y habían ido a cenar juntos. Quedaban pocos minutos para las doce. Y él le había dicho que nunca le había contado nada sobre el último chico con el que había salido. Que por un momento había pensado que era un egoísta por haber estado hablando de él mismo durante todo el día. Estaban sentados en un banco y las olas se escuchaban de fondo pero no se veían porque había anochecido. Y él no pudo evitar preguntarle por aquel chico con el que había empezado a salir y que ella había dejado de ver de un día para otro.

Ella le dijo simplemente: Porque te quiero a ti. Y aquellas palabras se clavaron en su corazón, tal y como lo habría hecho una gran flecha de Cupido. Y después agarró su mano entrelazando sus dedos. Por primera vez se había sentido querido y amado. Se arriesgó a no decir nada, a dejarse llevar. Se entregó sin dudarlo a la que en algún momento había sido su amiga. Y no dudo ni un segundo porque era tan grande lo que le había entregado, que el flechazo fue instantáneo. Por un instante dejó de buscar un tesoro que siempre había tenido delante de sus narices. Por un instante, dejó de ignorar todos aquellos momentos realmente especiales que ella, y solo ella, le había dado. Su amiga y compañera.
Cuando miraron el reloj el día había terminado, y aquel San Valentín dejó de ser un día negro, triste y oscuro. De ahí en adelante el 14 de febrero pasaría a ser un día muy especial para los dos.

Juntos se recordarían aquella anécdota. Ella se reiría de él, de lo dolido que estaba por que le habían dejado en San Valentín. Le había dejado una persona que nunca había dado nada por él. Juntos vivirían una mil batallas, se apoyarían, se abrazarían y se darían fuerzas para seguir adelante. Porque aquel amor era tan puro como la entrega total de dos almas, que tienen la certeza absoluta, la seguridad total de que darían su vida el uno por el otro. Y celebrando aquella complicidad, cada 14 de febrero acudirían a aquel paseo marítimo para darse la mano y celebrar eternamente aquella unión.



miércoles, 20 de marzo de 2019

«Marzo» de Carlos Maked








Tú no sabes

que esperan viejos lugares

que no anduvimos a tiempo

el eco por las aceras

de tus botas al pasar.

Tú no sabes

que no hay puntos cardinales

más allá de tus caderas

cuando evaporan mis sueños

al despertar;

palabras que resistieran

inmunes al desaliento 

aquellos besos sin fin

de dos amantes.

Tú no sabes

que soy como soplo de brisa 

que transita por tu pelo,

que he buscado tu sonrisa

por amaneceres nuevos.

Tú no sabes

que en tu fresco manantial

por permanecer soy roca, 

que estoy en la aurora boreal

o en el vaivén de las olas;

tan cerca la primavera

y no me deja el invierno,

voy preguntando por ti,

pero tú no lo sabes.


(Marzo)

© CarlosMaked











lunes, 18 de marzo de 2019

De neumáticos y sueños


Este es un relato especial. La autora encontró la foto y le inspiró el relato. Fue publicado en el grupo de fotografía de Facebook Madrid en Blanco y Negro, al que ambas pertenecemos y me quedé enamorada de la historia que, con su permiso, ahora es vuestra.

De neumáticos y sueños.

Archivo de la Comunidad de Madrid 1961
Mucho antes de que Sabina fuera cada domingo al Rastro a comprar carricoches de miga de pan y soldaditos de lata, ellas ya estaban allí, la madre y la hija.

El marido y padre había fallecido recientemente y esa había sido la herencia que las tocó en suerte: el puesto de neumáticos del Rastro...
Y aquél era un domingo como cualquier otro domingo del año.

Las dos de luto, la madre probablemente en un luto que sería permanente, la hija suspirando por el momento en el que llegara el alivio del negro al gris, al azul marino o a cualquier otro color que la permitiera despojarse de aquél en el que no existían las gamas ni los tonos.
Pero tendría que esperar. ¡Menuda era Doña Ángela!

Aquella misma mañana, antes de salir para el Rastro, se había quedado mirando sus piernas desnudas:
— ¿No pensarás salir sin medias?
— Pues sí, madre, sí pienso.

Y después de un tira y afloja y el consiguiente enfurruñamiento de la madre, la hija salió tal y como había pensado salir: sin las dichosas medias negras que hacían que la picaran las piernas.

Y allí estaban... Allí había crecido Angelita, entre puestos de cachivaches y objetos fuera de lugar; enchufes de los que colgaban cables, picaportes, platos desportillados, gafas sin cristales, cromos, monedas, retratos de gente desconocida, algún casco prusiano y libros de viejo que la hubiera gustado saber leer.
Había aprendido a sumar lo justo para que no la engañaran, con eso tenía bastante decía su padre. Pero también había aprendido a soñar y, mientras hundía la aguja en la tela conformando filigranas con hilos de colores a punto de cruz, en espera de algún cliente que estuviera interesado en una rueda usada, Angelita soñaba...
Lucía Durán







jueves, 14 de marzo de 2019

Lo que arriesgué por ti de Marisa Sicilia


Marisa Sicilia nos trae una nueva novela que se publicará el 24 de abril editada por Harper Collins Ibérica con el sello Top Novel.

Una obra romántica contemporánea, con una trama de espionaje y contraterrorismo de fondo, complementaria de otra anterior Nadina o la atracción al vacío en la que ya aparecía el mismo protagonista, aunque la autora nos confirma que se puede leer de forma independiente. (Avisamos que si no has leído la primera, esta sinopsis puede contener spoiler)

Sinopsis:

¿Cuánto arriesgarías por algo que no es más que sexo? ¿Y si fuese amor? ¿Tu seguridad? ¿Tu trabajo? ¿Tu futuro? ¿Tu vida?

Dmitry ha dejado atrás París. Ha perdido su negocio, a sus amigos, a la mujer a la que amaba. Los integristas han puesto precio a su cabeza y solo la protección de los servicios de inteligencia ha impedido que cumpla condena en prisión. Pero no a cambio de nada. Si quiere recuperar su libertad, tendrá que encargarse del trabajo sucio, la clase de misiones solo aptas para hombres sin escrúpulos, hombres de los que prescindir cuando dejan de ser útiles. Por eso no es buena idea enfrentarse a Antje, su supervisora en Berlín y la mujer que con una sola palabra puede hacer que sea expulsado del programa o que su vida carezca de valor. No, no deberían mezclar sexo y trabajo ni llevar su relación al límite. No pueden confiar el uno en el otro, ella está acostumbrada a ejercer el control, se aferra a los protocolos y las normas, ha llegado alto y se ha vuelto dura por el camino. Además, la prioridad es la amenaza terrorista que se cierne sobre toda Europa y pone en jaque a Berlín.

No, no encajan, ya salió mal otras veces, pertenecen a mundos muy distintos, no pueden permitirse que las emociones pongan en peligro todo lo demás, pero ¿y si se arriesgan?

La autora:

Marisa Sicilia es licenciada en Ciencias Económicas y en la actualidad compagina la escritura con su trabajo en la gestión y la administración de su propia empresa. Vive con su marido y su hijo en una tranquila localidad a medio camino entre Madrid y Toledo, y su objetivo al escribir es intentar que el lector disfrute de algo lo más parecido posible a lo que los libros le han hecho disfrutar a ella.

Si queréis conocerla un poco mejor, podéis visitar su blog Cosas que hago por amor 




miércoles, 13 de marzo de 2019

Desaparecida en Siboney de Rosario Raro

Editorial Planeta Novela contemporánea General Novela
Colección: Autores Españoles e Iberoamericanos Serie Volumen independiente
Número de páginas: 480
Formato único
Tapa dura con sobrecubierta
20.90 €

Hay grandes fortunas que tienen su origen en un crimen; otras ocultan cientos.

Sinopsis:

En 1875, Mauricio Sargal, un millonario antillano retornado a España, libertino y bon vivant, se ve obligado a regresar a Cuba cuando le comunican que su hermana Dulce ha desaparecido de su hacienda en Siboney. Para saber de ella tendrá que enfrentarse a su cuñado, Bartolomé Gormaz, quien fuera prófugo de la justicia y que, con el olvido de cualquier escrúpulo, ha conseguido reunir una de las mayores fortunas de todos los territorios españoles, peninsulares y de ultramar. En su búsqueda, Mauricio encontrará también el amor en la enigmática Deva, por la que sentirá una atracción irresistible.

Una magnífica novela entre la Cuba colonial y la Barcelona industrial de finales del XIX, donde la riqueza llegada de las colonias cambió para siempre el paisaje urbano y humano.

La autora:

Rosario Raro (Segorbe, Castellón, 1971) es profesora de Escritura Creativa en la Universitat Jaume I, doctora en Filología Hispánica con una tesis sobre las estrategias de escritura en internet y posgraduada en Comunicación Empresarial y Pedagogía. Desde hace más de veinte años imparte cursos y talleres literarios para numerosas instituciones. Su obra ha sido traducida al catalán, al japonés y al francés y reconocida con numerosos premios literarios, tanto nacionales como internacionales. Vivió durante una década en Lima, Perú.
Si queréis conocer un poco más sobre esta autora y su obra, visitad su página web http://www.rosarioraro.net/




martes, 12 de marzo de 2019

PROCELOSOS LODAZALES, segundo caso de Yaiza Cabrera, de Javier Holmes



Seguimos con las novedades.

Sinopsis:

En 1903, siete hombres se reúnen en París en torno al padre dominico Jean-Vicent Scheil, traductor del Código de Hammurabi, el cual les comunica un hecho que cambiará sus vidas y la de sus descendientes. 

En la actualidad, un hombre aparece asesinado con una daga clavada en la espalda mientras participaba en una fiesta. Se trataba de un evento clandestino donde se practicaba el sexo de forma libre. 

Al día siguiente, Yaiza Cabrera visita a una amiga de la infancia en París. Ella trabaja como vigilante en el museo del Louvre. Durante su estancia se produce un asalto y sabotean la estela que contiene el código que mandó escribir el rey babilonio. ¿Qué tienen estos hechos en común? Existe, además, una coincidencia que a priori resulta inexplicable: aunque no llegó a acudir, la detective había recibido una invitación para asistir a la fiesta donde se cometió el crimen. ¿Se trata tan solo de una casualidad? 

Yaiza Cabrera se ve inmersa en su segundo gran caso poniendo de nuevo en riesgo su vida, ayudada por un detective de lujo: Javier Holmes y en colaboración con el inspector Luis Bárcenas y el sargento Melitón. El objetivo será localizar a su amiga desaparecida a los pocos días del asalto al museo y de paso encontrar lo que podría ser un fabuloso secreto oculto desde los años 1700 a.C. 

En su aventura no faltarán los dos ingredientes que siempre rodean a la intrépida y descarada detective: sexo y violencia. 

El autor: 

Después de cincuenta años hice lo que deseaba, escribir.

Y para tan noble tarea, me ayudé de un personaje de ficción que en nada se parece a los héroes de las novelas negras con las que crecí. Pero él, Javier Holmes, no lo sabe. No sé cuánto de él hay en mí, ni sé cuánto de mí hay en él, porque una vez que tomé la pluma para darle voz, la línea que nos separa a ambos se ha difuminado. 

Nacido en Valladolid, estudié Ciencias Económicas y después un MBA en la Universidad Politécnica de Madrid. He dedicado toda mi vida al mundo del ferrocarril y, algún pequeño período intercalado, a la también noble tarea de la enseñanza. 

E hizo falta una increíble mujer, con la que contraje matrimonio hace no tanto, para que me inspirase y ayudase a escribir. Una mujer de la que tampoco sé cuánto hay en común con la protagonista de las aventuras de Holmes, pero algo habrá. 

Javier Rodríguez Pascual 

Javier Holmes es el autor de la saga del detective que lleva su mismo nombre. Se trata de un personaje de ficción creado con retazos de otros personajes detectivescos que dejaron huella en su autor, entre los que destaca uno. En su primer libro Holmes dice: “… si en algún detective hubiera de reencarnarme, si es que eso fuera posible, ese sería en Philip Marlowe”. En él encuentra Holmes a su mentor que le guiará en la resolución de sus casos. 

Si queréis conocer toda su obra, os invito a visitar su página web. 





lunes, 11 de marzo de 2019

Leche frita



Su horario de trabajo no le permitía comer en casa. Acudía, cada día, al mismo restaurante con dos compañeros.
En la zona en la que estaban no había muchos sitios donde elegir que ofreciesen un menú casero, por un precio razonable. Trabajar cerca del Retiro y del Ritz, tenía sus inconvenientes. Cuando descubrieron este pequeño negocio familiar de dos hermanas, una en la cocina y otra sirviendo las mesas, no buscaron más. Ellas se preocupaban de variar lo suficiente los platos que componían su menú para que sus clientes, casi todos fijos, no se cansasen.
Muchos días compartiendo con las mismas personas convierten en una relación cercana lo que comenzó siendo, simplemente, la de cliente-camarera. Se comentan las noticias, se gastan bromas, todo en los escasos treinta minutos en los que permanece en el establecimiento.
Hace tiempo que Juan le gasta una broma a Amelia cuando ella le «canta» los postres —¿no hay leche frita?— se nos ha terminado, le contesta ella con una amplia sonrisa. Ambos saben que no es un postre habitual en ningún menú, porque es trabajoso de preparar.
Hoy, como cada lunes, Juan ha ido a comer y se ha encontrado con otra camarera, Amelia no estaba. Se ha acercado a la cocina y su hermana, llorando, le ha dicho que había hecho leche frita de postre.
La sonrisa de Amelia y el gusto de Juan por la leche frita se habían quedado para siempre en ese maldito tren.

(Basado en una historia real de aquel fatídico 11 de marzo de 2004)
Almudena Gutiérrez






jueves, 7 de marzo de 2019

CHARLAS DE MESA CAMILLA: LA MUJER



He invitado a mi mesa camilla a Ángeles Pavía, correctora y editora y a David Yagüe, periodista y escritor. Tenía un tercer invitado pero un imprevisto le ha impedido estar con nosotros. 

Estamos en marzo, mes en el que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, cuyo lema de este año es «Pensemos en igualdad, construyamos con inteligencia, innovemos para el cambio» Y vamos a hablar de la mujer, frente a un cafecito con pastas de esas que tomaban nuestras abuelas.

Almudena Gutiérrez
Almudena —Buenas tardes a los dos. Tema interesante y complejo el que os traigo: la mujer. Hay quien cree que no vale para nada la conmemoración de este día, aunque yo creo que es una forma de dar visibilidad y recordarlo. No sé si en próximas generaciones dejará de ser importante, sería una buena señal. 

Ángeles Pavía
David Yagüe
Ángeles —A mí me parece imprescindible, y creo que sí, que sirve para que poco a poco la sociedad se vaya concienciando que realmente hay una desigualdad entre los géneros a nivel social contra la que hay que luchar.

Almudena —El lema me parece bonito pero no creo que valga para mucho. A los que de verdad nos preocupa este tema ya pensamos en igualdad, intentamos construir y cambiar las cosas, dentro de nuestras posibilidades y con mayor o menor acierto. 

David —Bueno, como todo lema es lo suficientemente abierto y etéreo para que sea difícil establecerlo como objetivo concreto. Son meras llamadas a la acción, pienso que sin más valor que el de sumar al máximo público posible.

Ángeles —El lema se va cumpliendo muy lentamente, pero poco a poco se va pensando más en igualdad, se intenta innovar para el cambio, pero por desgracia, muchas veces no se construyen esas innovaciones con inteligencia. Creo que es lo que menos se cumple.

Almudena —Lo que yo veo es que la mujer avanza demasiado lento, seguimos hablando de lo mismo que leo en los libros que cuentan historias de hace un siglo. 

David —Escribía Mary Beard en su interesantísimo manifiesto Mujeres y poder algo así como que había mucho que celebrar y mucho todavía por luchar. Me parece una idea precisa de donde estamos. Se ha conseguido mucho, pero todavía queda mucho que cambiar y pelear. 

Ángeles —No podemos generalizar al hablar de la mujer en el mundo. Hay muchos mundos y en cada uno de ellos la mujer está en una situación diferente. Si hablamos de la sociedad española actual, nuestro mundo, en el que nos movemos, creo que se ha avanzado, se ha ido progresando, sobre todo a nivel mental, se ha conseguido mucho. 

Almudena —Si, pero insisto, va muy lento y ahora incluso parece que estamos viviendo una involución, perdiendo cosas que se han tardado muchísimos años en conseguir. 

Ángeles —Se ve una involución sobre todo en las clases más bajas culturalmente, debido sobre todo a la influencia de programas realmente nefastos en la televisión, que son los de más audiencia y que muestran unos comportamientos deleznables que se muestran a una gran parte de la sociedad, y sobre todo de la juventud, como modelo y paradigma a seguir. 

Almudena —Es cierto. Me preocupa escuchar a algunos jóvenes que hablan despectivamente de sus compañeras, sus novias, incluso sus madres. Se sienten superiores. 

David —Pienso que como todas las luchas de largo alcance son procesos largos, llenos de baches, reacciones y contrarreacciones, de fallos y aciertos. Es pronto para valorar si es involución o no, pero hay que estar alerta. 

Ángeles —En los trabajos, por ejemplo, en general, ganan menos dinero y no están igual consideradas, sino que siempre, por ser mujer, se considera menor su capacidad y debe luchar el doble para demostrar cosas que a los hombres, solo por serlo, se les presupone. 

Almudena —Si, en eso hemos evolucionado que se nos permite trabajar sin el permiso del padre o del marido, pero seguimos a la cola, tenemos que luchar mucho más para llegar al mismo sitio y con importantes zancadillas. 

»Hablando de escritores, tan ligados a vuestros trabajos, me molesta mucho cuando dicen que las mujeres escriben para mujeres, por ejemplo. 

David —No creo que las mujeres escriban para mujeres, ni que los hombres escriban para hombres, aunque obviamente no puedo hablar por todos los escritores y autoras. Si lo hicieran, serían estúpidos. En cualquier caso, puede ser que la sensibilidad con la que se escribe conecte más con hombres o mujeres, pero creo que esa idea responde más a etiquetados mediáticos (y en esto me incluyo, pues he caído a veces en esto) y de mercado más que a una realidad. 

Escritoras
Ángeles —No es que las mujeres escriban para las mujeres, las mujeres escriben para todos, lo que pasa es que a los hombres se les ha educado para rechazar todo lo femenino, para que sea algo malo para ellos interesarse por lo que hacen las mujeres, porque se ha fomentado siempre que lo femenino es malo, de mala calidad, inferior. Por ello son ignoradas sistemáticamente en las escuelas, en las universidades. Y pasa lo mismo en todos los campos: arte, ciencia, tecnología… 

Almudena —Bueno, en las universidades hay más mujeres que hombres y no creo que actualmente sean ignoradas, otra cosa diferente son las salidas laborales… 

David —Estoy pensando que el deporte, por ejemplo, es un caso manifiesto y sangrante de lo mucho que queda por hacer, aunque en este aspecto tenga un claro e innegable condicionante económico. 

Ángeles —Ahí aún están menos consideradas. Es algo vergonzoso. El otro día, de casualidad, vi el programa de información deportiva que hacen tras las noticias en la cadena Cuatro: una hora hablando de deporte y ni una sola noticia sobre el deporte femenino, ni un solo nombre de mujer. 

Almudena —En el deporte hay dos condicionantes para no salir en las noticias: practicamos deportes minoritarios y somos mujeres. Si os fijáis el fútbol acapara casi todo el tiempo deportivo tanto en noticias, como en programación. 

David —En las Bellas Artes ocurre algo similar. Hay campos en las que hay seguramente más mujeres pero tienen menos visibilidad y menos oportunidades y eso es una injusticia contra la que tenemos que luchar y donde hay que pelear. 

Almudena — ¿Crees que pueden tener más sensibilidad que los hombres en estos campos? 

David —No. Creo que generalizar que tienen más sensibilidad es erróneo y terrible, del mismo tipo que ha condenado a las mujeres en muchos aspectos. En cualquier caso, tendrán diferentes sensibilidades, pero no más o menos. 

Almudena —Creo que estamos de acuerdo en todo lo que hemos ido planteando. Voy a preguntaros por algo controvertido: la paridad. 

Ángeles —No lo veo bueno. Lo veo perjudicial en el aspecto en el que se puede considerar que una mujer no está en ese puesto por sus méritos, sino por cumplir un número. Considero mucho más importante facilitar desde la base el acceso a la mujer a todo tipo de actividades y crear políticas que ayuden a que realmente las mujeres puedan acceder a obtener los mismos méritos que los hombres para poder acceder con igualdad a los mismos puestos. Y con eso me refiero a mejoras en las políticas de conciliación y de ayudas de guarderías, de cuidado de mayores… 

David —Es un tema complejo, donde las generalizaciones y las opiniones tajantes tipo Twitter hacen flaco favor. Creo que hay que estudiar las situaciones y sectores: en algunos no creo que sea necesaria, pero en sectores o situaciones donde haya un manifiesto desequilibrio entre el trato a hombres y mujeres sí que creo que es una medida que puede ser útil, hasta que se solucione o modere ese problema. 

Almudena —Los dos tenéis mucha razón en lo que decís, pero yo estoy un poco con David, hay casos en los que la paridad es necesaria, mientras no se apliquen las medidas que tú propones, Ángeles. 

David —Si lo normal es que estemos de acuerdo. El feminismo es igualdad. ¿Quién puede estar en contra de esa idea? El feminismo es necesario, sin duda. 

Ángeles —Necesario, no, IMPRESCINDIBLE. 

Almudena —Bueno, ahora hay que hablar bajito en algunos círculos, que rápido nos acusan de «feminazis» 

David —Creo que vivimos en unos momentos de intoxicación bastante grande al respecto. No creo que el feminismo sea ir contra los hombres, como se dice. Creo que la utilización partidista del feminismo, a favor y en contra, va a ser problemática a corto y plazo. 

Almudena —A mí lo que me está dando realmente miedo es la cantidad de casos de violencia machista que está habiendo. 

Ángeles —En primer lugar, hay que castigar con mucha más dureza la violencia de género, pero no solo el asesinato, sino toda violencia de género. En segundo lugar, analizar desde la primera infancia la educación sexista e intentar corregirla desde la cuna. 

»Es un proceso largo, pero la educación, el bombardeo mediático contra estas situaciones, el mostrar continuamente que hay violencia contra la mujer, no solo las muertes, sino las agresiones, es una forma de ir concienciando de que algo está mal y hay que cambiarlo. 

David —Educar, educar y educar. Y juzgar y condenar a quien mata, abusa y agrede. Y proteger a las víctimas. Y llorar, porque el proceso no va a ser fácil ni corto, desgraciadamente. 

Almudena —Volvemos a lo que ya hemos comentado desde el principio: la educación como pilar para cambiarlo todo. Y sin embargo, cada vez hay más agresiones sexuales, estamos empezando a vivir con miedo a que una mujer vaya sola en pleno siglo XXI. 

Ángeles —No creo que vayamos a peor, sino que se denuncia mucho más y se airea mucho más en las redes sociales y en los medios de comunicación. Puede que antes hubiese incluso más agresiones sexuales que ahora, pero antes la mujer era avergonzada si lo comunicaba y ahora hay un movimiento general de apoyo a la víctima y rechazo al agresor. Ya no se les ve como héroes si violan o se follan a una chica borracha, sino como villanos, como algo rechazable, y eso es lo que hay que ir mostrando y cambiando a base de educación desde la cuna. 

David —Espero que sea como dices Ángeles, pero no lo sé. Pienso que ahora conocemos más los casos, nos saltan a los ojos. Eso debería sensibilizarnos más ante esta sangrienta lacra, pero hay días en que ante casos tan tremendos como los que vemos en los medios, dudo que no vayamos a peor. 

Almudena —No quiero acabar esta charla con algo tan triste. ¿Qué pensáis de la maternidad? ¿Es una lacra para el desarrollo laboral de una mujer? 

Ángeles —Por desgracia, sí. No hay conciliación real entre la vida familiar y la vida laboral. Recientemente he leído en las redes sociales una frase cargada de razón en la que se expresa todo lo que le pasa a la mujer trabajadora que quiere ser madre: 

«Esperamos que la mujer trabaje como si no tuviera hijos (cargas familiares) y que críe a los hijos (o cuide de la casa y de la familia) como si no trabajase». 

»Es la realidad a la que nos enfrentamos todas las que hemos sido madres mientras trabajábamos y muchas veces hemos caído en problemas físicos y psicológicos por la sobrecarga física y mental del doble trabajo que acarreamos. 

David —Como padre, debo decir que desgraciadamente sí, es una lacra para la mujer. En este país a los políticos se les llena la boca con palabras como la conciliación, pero creo que luego hacen poco por ella. Parece que al mundo empresarial tampoco les importa demasiado, y sorprende, porque cada vez hay más mujeres en puestos directivos, pero las políticas empresariales en este sentido no parecen cambiar. Está claro que a las mujeres la maternidad les corta, en muchísimos casos, su desarrollo laboral, cosa que a nosotros con la paternidad no nos ocurre. 

Almudena —Si, es una pena, porque la maternidad es maravillosa y es muy triste tener que estar poniendo en una balanza continuamente tu desarrollo como profesional o una vida familiar plena. 

Se nos ha pasado la tarde sin darnos cuenta, despido a mis invitados agradeciéndoles haber compartido conmigo esta agradable charla.

Acabo con una frase de Mary Beard, muy apropiada para el tema que hoy hemos tratado.






«Es injusto que la sociedad se pierda el talento de las mujeres»








Publicación original en el número 16 de la Revista Pasar Página





lunes, 4 de marzo de 2019

De magos y distancias de Teresa Hernández



Hoy traemos al blog la última novela de Teresa Hernández que ha sido galardonada con el VI premio de Narrativa de la editorial Mablaz, De magos y distancias.

Resumen:
La tarde anterior a su boda, Ángela conoce a un adolescente que la sorprende con unos juegos de magia. El destino le tiene reservada una existencia cómoda, aunque llena de altibajos emocionales, y vivirá en la frontera entre el decoro y los convencionalismos que su condición social le impone.
Pero los naipes que pasaron de las manos del aprendiz de mago a las de la mujer, establecieron entre ellos un vínculo mágico que ninguno de los dos puede cortar, un lazo invisible que los mantiene unidos a través de la distancia y a lo largo de sus azarosas vidas, una relación tan peligrosa como necesaria.
Guiado por el deseo de atraer a su lado a una mujer de la que ignora casi todo, Salomon Twice buscará la forma de llevar a cabo el mejor espectáculo jamás ideado por un ilusionista.

La autora:

Teresa Hernández es Doctora en Ciencias Químicas por la UCM, trabaja en investigación energética y es autora de numerosos artículos científicos en revistas internacionales. A lo largo de los años ha desarrollado una gran afición por la literatura de ficción. Ha sido ganadora y finalista en varios certámenes de relato corto, entre los que constan por su importancia el I Concurso Internacional de Microrrelatos convocado por la Latin Heritage Foundation y el I Concurso Mundial de Microrrelatos de la Internacional Microcuentista.
También en trabajos de larga extensión he conseguido varios galardones. Sus novelas Crónica ministerial en turquesa  y Las esquinas de mi cabeza quedaron finalistas en el I certamen de narrativa ALFAR en 2013 y de la editorial LM en 2014 respectivamente, mientras que en 2015 obtuvo el primer premio de la editorial Libros Mablaz con su novela La galería de los susurros.

Dice la autora: Crear personajes, inventar historias y trascribirlas me divierte tanto que no me puedo imaginar sin hacerlo. Y en cuanto a mis aspiraciones, solo tengo una: que cada novela mía posea una trama mejor urdida y más calidad literaria que la anterior.

Si queréis conocer más sobre ella y su obra, os invito a visitar su página


De miradas que se alejan entre los vagones del metro


de Rafael Herrero Martínez

Volvemos a traer a este blog un relato del autor de El fin de las dulces mentiras, de la que ya hablamos en otra entrada.

Si os apetece leer los dos primeros capítulos de su novela, aquí os dejo el  enlace 





De miradas que se alejan entre los vagones del metro 

El metro paró en la estación de Ciudad Universitaria. Me bajé y caminé lentamente hacia la salida. Estaba muy cansado. Había sido un día duro. Hay clases y alumnos que me consumen toda la energía, otros todo lo contrario, son un estímulo. Estuve a punto de tropezar porque se me habían desatado los cordones de una de las botas. Me agaché para atármelos. Y en ese momento vi, a través de la ventanilla del vagón, a una mujer algo más joven que yo. Nuestras miradas se cruzaron. Enseguida la reconocí… Y sentí un escalofrío. El tren inició su marcha… No fui capaz de reaccionar, de hacerle un gesto con la mano. Y la mujer desapareció de mi vista. El tren se perdió a lo lejos… Alejandra. Era Alejandra, sin ninguna duda. Hacía más de treinta años que no sabía nada de ella… Pero, en ese segundo en el que se cruzaron nuestras miradas… Recordé tantas cosas, tantas imágenes, tantos encuentros, confidencias, risas, discusiones acaloradas al salir del cine… Y también recordé un viejo secreto… Algo que jamás le dije… Que estaba enamorado de ella. Estuve a punto de confesárselo muchas veces, pero me daba miedo perder su amistad. Además, ella tenía novio. Salía con Miguel, y parecía que iba en serio… Y me callé… Amigos. Eso fuimos durante unos años, hasta que perdimos el contacto… Y ahora… En fin… Mi último recuerdo es su mirada. No sé si me habrá reconocido. 
Pasaron los días, y traté de olvidarme de Alejandra, pero no era fácil… Me hubiera gustado hablar con ella, saber cómo le iba… Tomarnos un café, mientras recordamos ese tiempo que se nos escapó… Que se me escapó. No tenía su teléfono, ni se me ocurría la manera de ponerme en contacto con ella… Así que… La vida continúa. 
Han pasado más de treinta años… 
Estoy delante del ordenador, tratando de avanzar con la historia de una pareja que se ama apasionadamente, y que también, día a día, se acercan a su destrucción. Y me doy cuenta de que no dejo de pensar en Alejandra… Y me parece ridículo… Y miro a mi alrededor, y decido que tengo que ordenar el barullo de libros que “okupan” mi habitación. Y me fijo en los múltiples sombreros de paja que están esparcidos por cualquier sitio. Encima de una lámpara de pie que hay al lado de la ventana, cubriendo una bola del mundo… En lo alto de la librería de mi padre. Soy desordenado, pero, a mi manera, dentro del caos estoy cómodo… A veces, claro, ese caos me crea algunos problemas graves, como no encontrar algo que busco y que necesito con urgencia. Y que sé qué tiene que estar en algún sitio. Porque uno de mis mayores problemas es que no tiro nada. Así que, más tarde o más temprano, suelo encontrar eso que busco. 
¿Tendré en algún sitio el teléfono de Alejandra? Y yo qué sé. Quizá en una antigua agenda… Abro los cajones de mi mesa… Pero no hay ninguna agenda. Estoy seguro de que no encontraré esa maldita agenda, y sé que tiene que estar en algún lugar de esta habitación, pero ¿dónde? Veo la mesa donde trabajo llena de papeles, cuadernos, algún periódico atrasado, exámenes que tengo que corregir, libros, bolígrafos, lápices… pósit con frases estupendas: “Sé que nunca seré feliz, pero sé que puedo ser muy alegre”. Es una frase de Marilyn. A Alejandra le fascinaba Marilyn… Decía, que detrás de su mirada se escondía una mujer sensible y frágil… Un escritor es alguien que ha prolongado la infancia… Una frase de Landero, sujetada por una pinza… La infancia… Y miro una preciosa luna en cuarto menguante, con el rostro de una mujer, que lleva los labios pintados de rojo, y que cuelga de una de las vigas de madera del techo. Alejandra, una vez se pintó los labios así. De un color rojo fuerte. Ella que siempre iba sin maquillaje… Estábamos preparando un examen de una asignatura que se nos había atragantado. No recuerdo cuál. Alejandra, fue un momento al baño, y cuando regresó… Me quedé mirándola alelado… ¿Qué tal?, me dijo, mirándome a los ojos. Fue un momento mágico. Yo pensé… Te quiero, estoy enamorado de ti… Pero me quedé callado. Y luego, gasté una broma estúpida, y ella se río, y se quitó el carmín con un pañuelo. Fin del momento mágico.

No encontraré esa agenda. Y es que desde que vivo solo, me he sumergido en la anarquía… Pero es una anarquía, que está apoyada en un orden, que responde a un criterio. Y ese es mi gran problema: el criterio. Un criterio que no es nada estricto, sino más bien todo lo contrario: mudable, caprichoso, inesperado. Cuando quiero guardar alguna cosa, por ejemplo, una agenda, o un maldito número de teléfono, utilizo un criterio para guardarlo, que, en ese momento, me parece muy sensato y razonable… Pero cuando, días más tarde, o ahora, treinta años después, busco ese número, esa agenda… Por algún motivo que escapa a mi voluntad, mi criterio de búsqueda es otro diferente, que también es sensato y razonable, pero que no es el mismo criterio que utilicé para guardar la agenda con el número de Alejandra.
Para no perder los nervios, me digo a mí mismo: ese número de teléfono, ahora, en este momento está ocupando un espacio dentro de esta habitación… Es cuestión de paciencia, y de lógica.
Sigo abriendo cajones, y miro en las estanterías… Debajo de una pila de libros… entre otros exámenes ya corregidos. En un atril, sobre una pequeña mesa está El extranjero de Camus, con dibujos de José Muñoz. Y tengo una extraña sensación. Respiro profundamente. Miro entre sus páginas, y descubro la fotografía de una amiga de la universidad. En realidad, es la fotocopia de una fotografía. En blanco y negro, un poco desvaída por el paso del tiempo. Pero su sonrisa, y su mirada, siguen intactas. Y comunican una intensa felicidad. Sin artificios, limpia y auténtica. Esa mirada que luego, con frecuencia, se va enturbiando con el paso de la vida, está ahí, congelada. Quizá yo, hace muchos años, también tenía una sonrisa llena de promesas imposibles. ¿Quién sabe?... ¿Por qué está esa fotografía entre las páginas de El extranjero? ¿Qué criterio me llevo a poner esa sonrisa, y esa mirada, dentro de un libro maravilloso, y amargo? No lo sé… Es la fotografía de Alejandra… No recordaba esa fotografía… El azar está instalado dentro de mi habitación. Y me gusta. Doy la vuelta a la fotografía, hay un teléfono apuntado. El teléfono de la casa de Alejandra, claro… Pero han pasado más de treinta años… Marco el número.