En el número 4 de la Revista Pasar Página, Carmen Martín Audouard entrevistó a la escritora Mercedes Gallego Moro.
Hoy creo que es interesante publicarla en este blog, ya que es noticia por haber publicado una nueva novela, «Mauri».
Mercedes nos tiene acostumbrados a novelas de género negro, con protagonistas femeninas.
Aunque también publicó un libro de relatos y uno de poesía en el que desnuda su
alma, en esta ocasión ha dado un giro de trescientos sesenta grados para
meterse en la piel de un psicópata maltratador.
Si queréis leer
lo mejor que ha escrito esta autora, no dudéis en comprar Mauri, no lo vais a
olvidar.
Si os apetece conocer un poco mejor a Mercedes leed la entrevista.
Todas sus obras están disponibles en Amazon.
LA ENTREVISTA DESEADA
¡Por fin! Si el mes pasado apareció en la revista
«La Entrevista Soñada» este mes el título le va que ni pintado. Después de
llevar al menos dos años golpeando como un yunque en hierro frio conseguimos
que nuestra directora cambie de papel y hoy, además, aparezca como protagonista
de la entrevista.
Mercedes Gallego Moro nació en Alcázar de San Juan
(Ciudad Real), por supuesto y aunque ella no lo oculta, yo como siempre, no voy
a poner el año. Ha sido funcionaria del Estado, pero no una funcionaria como
casi todos las imagináis, no, ella estuvo dos años en la Policía Nacional
(Grupo Especial Femenino) que además estaba en creación, y después en CSIC
(Consejo Superior de Investigaciones Científicas) que en un ámbito distinto
tampoco estaba mal, y creo que es lo único que se puede decir de ella en pasado
porque sigue siendo Psicóloga, escritora, amante de la vida, activa y por
encima de todo buena persona.
CMA— Gracias Mercedes, se que lo vas a pasar mal
porque siempre te has negado a ser
entrevistada, pero creo que nuestros amigos necesitan conocerte un poco mejor,
aunque tienes muchos seguidores que sin duda lo son también de tu Blog «Lo que
el viento no se llevó»
MGM— Gracias a ti, Carmen. Tienes razón, me he
negado a la entrevista, aunque desde el principio me la habéis pedido, porque
no me gusta que los lectores piensen en un «yo me lo guiso y yo me lo como», es
decir, utilizarla para darme bombo, pero bueno. Aquí me tienes.
CMA— Has vivido casi
como los feriantes, en muchas provincias españolas ¿por qué todas tus novelas
se desarrollan en Barcelona?
MGM— Porque cuando comencé a escribir vivía allí y
los hechos de la Saga de Candela están muy unidos a Barcelona. Sin embargo, una
novela que tengo empezada (la quinta de Candela), transcurre en Madrid.
CMA— ¿Candela Luque o cualquier otro de tus
personajes se parece a alguien que hayas conocido?
MGM— Candela tiene mucho mío: el amor a la justicia,
que no a la ley, por ejemplo. El inconformismo, la lucha contra la injusticia,
que me ha creado no pocos problemas en mis diferentes puestos de trabajo… Si yo
te contara…
CMA— ¿Cuándo empezaste a publicar?
MGM— A escribir novela comencé en 2006, cuando
después de cotizar los años exigidos, pude jubilarme. Siempre he escrito, pero
como soy un poco exigente conmigo misma, no escribía novela ya que para ello
necesitaba hacer de escribir mi oficio y trabajando no era posible. Admiro a
las escritoras que trabajan y pueden simultanearlo con la creación literaria.
Yo no he sido capaz. En cuanto a la pregunta, creo que fue en 2009 cuando
aterricé en Amazon, porque la crisis económica abocó a las editoriales a
restringir el pago de adelanto editorial y no estaba yo por la labor de
trabajar gratis además de ceder los derechos por unos cuantos años.
CMA— ¿Fue la figura de tu padre el referente para
que te decidieras a escribir?
MGM— Mi padre me enseñó a escribir y me regaló mi
primera máquina Olivetti Estudio 44, que todavía tengo aunque ahora la utilice
de reposapiés por la forma de su caja; utilizo la funda, la máquina no, claro.
»A
los catorce años yo le pasaba a limpio un programa que hacía en Radio Nacional
que se llamaba La huella del hombre,
en el que recogía la vida y obra de músicos y otros creativos. También me
exigía una redacción diaria con tema libre. Todavía recuerdo que la que más le
gustó fue una en la que una mesa de madera recordaba la época en la que había
sido árbol.
CMA— ¿Cuándo una nueva novela de la saga Candela?
MGM— De momento eso está parado. Tengo una novela
terminada y pendiente de revisión a fondo, después de recoger opiniones de
amigas de confianza a las que se la di para leer. En este momento estoy
terminando una nueva historia que no tiene nada que ver con lo policiaco,
aunque como pasa en casi todas mis novelas, haya asesinatos. No lo puedo
evitar.
CMA— ¿Te has bebido la vida, o ahora consideras, que
ha sido a la inversa?
MGM— Creo que he vivido muy intensamente cada una de
mis etapas, que son muchas, porque desde que tengo uso de razón, cuando no me
gusta el rumbo que ha tomado, doy portazo y empiezo de cero. Sí. Me la he
bebido. Prueba de ello es que cercana a los setenta años volví a darle un giro
porque no me gustaba en lo que se había convertido.
CMA— ¿Hay muchas cosas que no volverías a hacer?
MGM— Creo que todos tenemos ese baúl de recuerdos
con algunos que nos hacen daño. Sí hay algo que no volvería a hacer: estar
lejos de mi familia tanto tiempo. Mis hermanos y por supuesto, las familias que
han creado, son lo mejor que me ha pasado.
CMA— ¿De verdad crees que los recuerdos se borran
con el paso del tiempo?
MGM— No se borran, pero se transforman. La añoranza
magnifica los buenos y el dolor minimiza los malos, pero siempre están ahí
esperando la ocasión para hacerse actuales. Esa es nuestra lucha diaria, mirar
hacia adelante y vivir el momento. El pasado no tiene solución y el futuro no
existe. Vivir al día es la solución.
CMA— ¿Crees que hay que ser conocido por algo ajeno
a la escritura para que te publiquen un libro o hay que tener más apoyo de las
editoriales?
MGM— Me atrevería a decir que lo importante es
escribir bien, pero viendo algunos bodrios publicados por grandes grupos
editoriales, creo que algo de enchufe hay que tener.
CMA— ¿Eres una escritora… vamos a decir visceral?
MGM— Soy visceral en todo lo que hago, escribir no
es una excepción.
CMA— Esta pregunta te la hace Don Francisco de
Quevedo. ¿Siempre se ha de
sentir lo que se dice?¿Nunca se ha de decir lo que se siente?
MGM— Otro de
mis errores vitales: decir lo que siento. No es lo mejor, pero me acepto como
soy porque ya no me da tiempo a cambiar.
CMA— ¿Crees en la amistad? Y no te digo
desinteresada, porque si no lo es ya no se le puede llamar amistad.
MGM— Creo en la amistad por encima de todo y siempre
es interesada. Para mí la amistad es amor sin deseo y esperas correspondencia
en la misma medida de lo que das. Es un interés no material, pero interés al
fin.
CMA— Nos decía Raimon Al vent, la cara al vent, el cor al
vent, les mans al vent, al vent del món. ¿No te parece que el viento se ha
llevado demasiadas cosas nuestras?
MGM— El viento es la vida y se lleva ilusiones,
idealismo y creer que puedes cambiar el curso de la historia con tu esfuerzo.
Los vientos que ahora soplan están muy alejados del humanismo porque los
ideales han muerto, las ideologías también y las metas se han reducido a la
ambición en toda la extensión de la palabra: poder y dinero.
CMA— ¿Grosso modo te han decepcionado muchas cosas?
MGM— Más que muchas cosas, mucha gente, creo que le
sucede a cualquiera que tenga más años por detrás que por delante, pero no me
gusta regodearme en lo negativo. Paso página y miro hacia otro lado.
CMA— ¿Quién manda en tu casa. Mercedes la humana de
Candela o Candela la gata de Mercedes?
MGM— Me temo que se me está yendo de las manos, por
eso no quise tener hijos. Se ha convertido en una celosa posesiva que campa a
sus anchas. De momento me impide viajar, que ya es mucho para una sagitario
inquieta.
CMA— Muchas gracias por tu tiempo, espero que no te
hayan defraudado las preguntas, a nosotros las respuestas seguro que nos
parecerán muy, muy interesantes. Un fuerte abrazo Mercedes.
MGM— Gracias a ti y a la redacción que ha aprobado
esta entrevista. Me queda por decir lo agradecida que estoy a todas por apoyar
y trabajar en uno de mis sueños: dirigir una publicación.
Su obra:
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