Sinopsis:
Un homenaje literario a la ciudad de Bilbao.
Esta ficción histórica de suspense constituye una antigua fotografía de una ciudad herida, un viaje a unos tiempos convulsos en los que el amor debe abrirse paso aferrándose a su instinto de supervivencia, entre los escombros nostálgicos del pasado.
Cuando Ignacio se enamora a primera vista de Irene, una joven librera pelirroja, poco podía sospechar que sus sentimientos tendrían que convivir con una guerra civil a punto de estallar.
En medio de una ciudad que lucha por su subsistencia, Ignacio tendrá que cubrir para su periódico una violenta ola de crímenes que la asolan mientras Irene añora más que nunca su Gernika natal desde una Bilbao asediada. Angustiados por la guerra, pero amparados por el amor, ambos tendrán que enfrentarse a situaciones para las que ningún ser humano se encuentra preparado.
El autor:
Su gusto por las recreaciones históricas le llevó a escribir La fuente de los siete valles y Secretos del Arenal, con la que obtendría el Premio Ateneo de Sevilla.
Con La ciudad de los ojos grises (reseña), una ficción sobre el Bilbao de principios del siglo XX, cosechó un gran éxito de ventas y el reconocimiento de los lectores. La ciudad del alma dormida, publicada por Ediciones B, es su nueva novela, en la que continúa homenajeando a Bilbao, esta vez en uno de los momentos más difíciles de su historia: la guerra civil española.
Mi opinión:
La Guerra Civil Española es un tema muy presente en innumerables obras de nuestra literatura, pero en esta novela está centrado casi exclusivamente en Bilbao, en los meses previos al golpe de estado, la guerra y lo que sucedió después, desde el punto de vista de los personajes que lo vivieron.
Aunque tiene de fondo la investigación de los asesinatos de unas prostitutas, realmente es una novela histórica, llena de personajes y en la que, una vez más, el autor ha hecho que la ciudad de Bilbao sea el protagonista principal.
Tres historias: la de Ignacio, la de Irene y la de los asesinatos, de fondo, una guerra, un horror, la ciudad de Bilbao y, por encima de todo, una historia de amor.
Los personajes, principales y secundarios, están magníficamente perfilados, los queremos, a casi todos, odiamos a algunos, conocemos sus vidas, sus pensamientos y sus más íntimos sentimientos.
Ignacio e Irene, el reportero y la librera, vivirán la transición desde una vida apacible, agradable, los inicios de su historia de amor, hasta los horrores y la barbarie de una guerra, la durísima posguerra que los lleva por caminos muy diferentes, caminos en los que también se cruzará la II Guerra Mundial.
Ya sé que esto de catalogar las novelas es muy complicado, pero esta novela no es una ficción histórica, es la crónica de una época en la que el autor ha tenido la habilidad de unir personajes y acontecimientos históricos a una historia de ficción, sin que el lector note, en ningún momento, que le está enseñando Historia, sí, con mayúscula.
Para mí ha sido sobrecogedor leer lo que los periodistas extranjeros se encuentran en Gernika, horas después del bombardeo. Conocer el suceso no es tan duro como leer las consecuencias, que Félix G. Modroño nos narra magistralmente. Con el corazón encogido, me he paseado entre los escombros de Gernika, he contemplado los cadáveres y he podido imaginar el horror que allí se vivió.
Pero esto es solo uno de los muchísimos momentos históricos que nos narra el autor, la mayoría de ellos bastante desconocidos, con unos giros importantes en la trama, que nos invitan a no dejar la lectura.
En cuanto a los personajes, además de Ignacio e Irene, me he enamorado de Kepa, me he encariñado con el comisario Zumalde, y he sufrido con el arrantzale Koldo. Todos ellos elevan el valor de la amistad, el deber y el amor.
Como curiosidad del sinsentido que se vivió en Bilbao, en 1938, llevar sombrero era símbolo de elegancia, pero pronto, y dependiendo de las circunstancias, la xapela o el sombrero, podían salvarte la vida.
Es una novela magnífica, no dejéis de leerla.
Almudena Gutiérrez |
Esta reseña, junto a la entrevista que nos concedió el autor, está publicada en el número 40 de la revista Pasar Página.
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