lunes, 14 de diciembre de 2020

Entrevista a Javier Correa


En 2019, Javier Correa, después de abandonar su trayectoria laboral como directivo de una gran empresa, iniciaba su carrera literaria con Sombras de niebla, una novela que se va a convertir en trilogía y de la que este mes de diciembre se publica la segunda parte bajo el título de Lazos de luz. En Pasar página hemos querido saber de primera mano qué nos vamos a encontrar en esta entrega. Nada mejor que contactar con el propio autor para ello, y es lo que hemos hecho. 


MC. Bienvenido de nuevo a Pasar página, Javier. Gracias por atendernos de nuevo, esta vez para adelantarnos detalles de tu nueva novela. ¿Qué temas vamos a encontrarnos en ella?   
                                                        
JC. Vais a encontraros una mujer joven, inteligente y segura de sí misma, que tras deambular unos años sin tener claro a qué dedicar su vida, finalmente encuentra un proyecto capaz de darle sentido a sus días. Pero yendo algo más allá, vais a encontrar lo que, a la vez para mí, tiene sentido cuando escribo: compartir reflexiones con el lector. En esta historia, la reflexión girará en torno a la libertad de elección. ¿Verdaderamente son un acto de libertad las decisiones más importantes que tomamos en nuestra vida?

MC. ¿Qué protagonistas tenemos en esta entrega que ya estaban en Sombras de niebla? ¿Y alguno nuevo?

JC. La protagonista principal es Laura, la pequeña que fue abandonada por su padre en Sombras de niebla. Y junto a ella, tres mujeres de carácter y fuertes convicciones: Talía, una mujer jubilada que arrastra vivencias imborrables, Ester, una joven abogada capaz de poner su carrera en juego en pro de la causa, y Elvira, una psicóloga con la emoción a flor de piel, que irá evolucionando a lo largo de la historia (lo que los escritores llamamos un personaje redondo).

MC. De las localizaciones, nos habías adelantado que Zaire no aparecería ya, pero ¿permanecen Lille y San Silvestre de Guzmán? ¿Incorporas algún otro lugar?

JC. Sí, continua el pueblo onubense de San Silvestre de Guzmán, porque en él se da el epicentro de la trama (y de la trilogía, si me permites que te avance), y en esta ocasión también serán importantes Madrid y los municipios gerundenses de Santa Coloma de Farners y Caldes de Malavella.

MC. ¿Qué es lo que más nos va a sorprender en Lazos de luz?

JC. El incontrolable destino. Ese amo de nuestras vidas que acostumbra a permanecer oculto dándonos a entender que poseemos el timón que marca el rumbo de nuestra vida. 

MC. ¿Descubriremos alguna otra faceta «oculta» de Carlos, el protagonista de la historia que desarrollas en Sombras de niebla?

JC. Carlos, como personaje en primera persona, aparece poco en Sombras de niebla, y también en Lazos de luz, pero su sombra, su constante recuerdo, impregna cada decisión de las personas que han vivido con él. Esa influencia es en realidad la que hila todo lo que va aconteciendo a lo largo de las páginas.

MC. ¿Has escrito lo que tenías pensado desde el principio, cuando decidiste hacer la trilogía, o ha cambiado «el guion» a medida que ibas promocionando Sombras de niebla?

JC. Las historias tienen vida propia. Los que escribimos lo sabemos, y aunque a veces intentamos encorsetarlas en la trama que hemos decidido, en ciertas ocasiones es mejor dejarse llevar por la historia que eligen los propios personajes. Sombras de niebla, cumplió el guion, me atrevo a decir que al cien por cien, de la trama y el objetivo que tuve al crearla. Lazos de luz, ha sido algo más anárquica. De hecho, al acabar de escribir Sombras de niebla, me di cuenta de que había quedado embastada la vida de algunos personajes que podía ser interesante desarrollar más adelante: como la vida de Elena, la del Cubano, la de Pablo (del que más de una lectora me ha pedido conocerlo en persona) y la de la propia Laura, que fue la que acabó convenciéndome para ser la protagonista de Lazos de luz. A partir de ahí puse la pluma a disposición de lo que me iba susurrando al oído, y he de decir que he disfrutado narrando el pensamiento y las obras de una mujer con una personalidad de acero.

MC. ¿Cómo está afectando la crisis sanitaria que estamos viviendo a tu carrera literaria, iniciada con Sombras de niebla?

JM. Me alegra responder a esta pregunta, Marina, porque si bien de entrada tuve que cancelar alguna presentación (sin ir más lejos, la que tenía programada contigo en el club de lectura), rápidamente me di cuenta de que no era nada importante, en comparación con lo que estaban, y desgraciadamente, están, y estamos sufriendo, muchas familias. La salud lo es todo, y debería estar siempre presente en nuestro día a día. Y la economía también lo es por el necesario sustento y el consecuente equilibrio emocional que nos aporta. Imagino que no es fácil tomar decisiones que primen una sin perjudicar demasiado la otra. Como escritor, el momento es interesante porque la emoción está a flor de piel en cualquier rincón del planeta, y la literatura es sentimiento y emoción, principalmente. Tengo una historia emotiva pensada que me ronda, y que algún día llevaré a un papel en blanco, pero ahora no es el momento. Ahora necesitamos convencernos a diario de que como sociedad debemos hacer todo lo posible para superar este momento haciendo lo imposible para que se lleve el menor número de víctimas posibles. Y una sola, ya es demasiado, porque detrás de cada cifra hay un nombre y unos apellidos, y una familia, y unas amistades que la van a echar mucho de menos. 

MC. Como escritor, ¿has tenido que cambiar muchos planes por culpa del Covid? ¿Alguno ha resultado más productivo de lo que parecía a priori?

JC. Productivo a nivel literario, no, al contrario. Pero reitero lo que comentaba: al final por encima de la literatura, y de tantas otras cosas, está la salud física y mental de las personas. Sí es cierto que vivir algo así te hace estar más sensible de lo normal, y que la sensibilidad es tinta de calidad para cualquier pluma, así que, para ser optimista, algo bueno podré sacar de este inesperado suceso. Pero intentaré rentabilizarlo cuando podamos hablar de él en pasado. No es momento de hacer leña del árbol caído. 

MC. ¿Algo más que desees añadir, Javier?

JC. Si me permites, Marina, desearía añadir que Lazos de luz está dedicada a todas las personas que, muchas veces en la sombra, en silencio, y en el más absoluto anonimato, hacen un excelente trabajo diario para erradicar la violencia de género de nuestra sociedad. Y tristemente, las cifras horribles que aparecen año tras año ennegrecen toda esa entrega, a veces del todo desinteresada, sin preguntarnos qué cifra de víctimas tendríamos sin ellos. Debemos avanzar como sociedad, y no solo a nivel tecnológico dejándonos ensimismar por la cara dulce de la inteligencia artificial (de la amarga hablo a menudo en los «Pienso que…» de mi web), sino avanzar a nivel humano, como sociedad desarrollada, impidiendo que el virus de la violencia de género siga presente entre nosotros. Y para este virus ya disponemos de las vacunas de la educación, del valor de ejemplo y, sobre todo, la del compromiso para ayudar a erradicarlo, de cada uno de nosotros.

Mis mejores deseos de salud y ánimo a todos tus lectores.

MC. Gracias, Javier. Estaremos atentos a la publicación de Lazos de luz. Desde ya, te deseamos mucho éxito.

Marina Collazo Casal

Esta entrevista se publicó en el número 35 (Diciembre 2020) de la Revista Pasar Página

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