Esta reseña nace de una lectura conjunta que hicimos Concha Yunta y Pilar Santamaría del blog ¡Qué bello es leer!, Marina Collazo, Carmen Martín Audouard, Mayte Díaz y Almudena Gutiérrez.
Corre el año 1834 y Madrid, una pequeña ciudad que trata
de abrirse paso más allá de las murallas que la rodean, sufre una terrible
epidemia de cólera. Pero la peste no es lo único que aterroriza a sus habitantes:
en los arrabales aparecen cadáveres desmembrados de niñas que nadie reclama.
Todos los rumores apuntan a la Bestia, un ser a quien nadie ha visto pero al
que todos temen.
Cuando la pequeña Clara desaparece, su hermana Lucía,
junto con Donoso, un policía tuerto, y Diego, un periodista buscavidas, inician
una frenética cuenta atrás para encontrar a la niña con vida. En su camino
tropiezan con fray Braulio, un monje guerrillero, y con un misterioso anillo de
oro con dos mazas cruzadas que todo el mundo codicia y por el que algunos están
dispuestos a matar.
De manera magistral, Carmen Mola teje, con los hilos del
mejor thriller, esta novela impactante, frenética e implacable, de infierno y
oscuridad.
Los autores:
Jorge Díaz (Alicante, 1962) es autor de las novelas Cartas a
Palacio, Tengo en mí todos los sueños del mundo y La justicia de los errantes, entre otras, así como de series de
televisión como Hospital Central.
Agustín Martínez (Lorca, 1975) es creador de series como
Feria, La luz más oscura o La Caza (Monteperdido y Tramuntana), y autor de las
novelas Monteperdido y La mala hierba.
Antonio Mercero (Madrid, 1969) ha llevado en paralelo la escritura de guiones de cine y televisión (Felices 140, Hospital Central, Hache) con la publicación de novelas, entre cuyos títulos se encuentran Pleamar, El caso de las japonesas muertas o El final del hombre.
Nuestra opinión:
Nos encontramos ante un thriller histórico que permite al
lector pasear por el Madrid de 1834, con una recreación impecable de su vida y
sus gentes. La parte más negra la protagoniza un asesino que, ya en las
primeras páginas, nos deja intuir la crueldad que nos espera.
Mucho se ha escrito sobre esta novela, no tanto por ella en
sí, sino por el premio, el secreto, el fenómeno editorial y quienes se
escondían detrás… También se ha puesto encima de la mesa si es o no buena
literatura, los anacronismos, los tiempos verbales… Pero lo que es un hecho es
que pocos de los que se dedican a reseñar libros, hacen este mismo examen con
otras novelas, entre otras cosas, porque no están preparados para hacerlo y con
La bestia se han ido copiando unos a otros.
Pero nosotras, a lo nuestro. Nos ha gustado. Hemos
encontrado lo que se busca en una novela, intriga, buen ritmo, una trama
original, una historia bien contada y un protagonista muy de nuestro gusto, la
ciudad de Madrid.
Porque pasearse por ese Madrid ha sido maravilloso, unas
calles que conocemos y que nos gustan, tan llenas de historias y de Historia.
El Madrid de 1834, vivía unos días negros con la epidemia de
cólera que asolaba la ciudad, y de la que se culpaban unos y otros, muy
parecido a lo que estamos viviendo, salvando las distancias. Lo que los
ciudadanos vivían intramuros y extramuros, sus penalidades y las diferencias
sociales.
Todo cabe en esta trama y está muy bien perfilado, el
periodista, el policía jubilado, las niñas que han perdido a su madre, las
damas de la alta sociedad que intentan ayudar a los más desfavorecidos, los
amores prohibidos, los matrimonios por conveniencia, la madame, la prostitución,
perfectamente encajado en unos hechos históricos bien narrados, sin cansar al
lector.
Los que conocemos un poco a los tres autores, hemos
intentando perfilar, durante la lectura, a cada uno de ellos en las diferentes
subtramas y creemos haber acertado, al hilo de las entrevistas que han
concedido: Jorge Díaz es el cronista de la época, Antonio Mercero es el más
sensible y Agustín Martínez el más negro, aunque no hay duda que habrán
aprendido los unos de los otros.
No queremos acabar sin ser sinceras, no todas le hemos
puesto la misma nota a la novela, tenemos desde un aprobado pelado hasta
sobresaliente, por lo que la media se quedaría en un notable alto.
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