El autor:
Manuel Álvarez-Xagó nació en San Juan de Nieva, Avilés, en
1978. Desde muy pequeño realizó largas estancias tanto en Irlanda como en
Estados Unidos, experiencias que le han permitido ser fluido en inglés.
Álvarez-Xagó se licenció en Derecho por la Universidad de
Castilla-La Mancha, pero decidió no ejercer la abogacía y decantarse por
trabajar para las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado, donde asesora
jurídicamente a la Confederación Española de Policía.
Mi opinión:
Empiezo por decir que esta novela tiene una cubierta muy
bonita pero que, si podéis, no leáis la sinopsis porque cuenta toda la historia
y, aunque el desarrollo merece la pena, sabes perfectamente todo lo que va a
pasar, de principio a fin.
Esta novela llegó a mí por casualidad y me pareció muy
apropiada para regalársela por Reyes a una persona muy cercana, con la
seguridad de que la iba a disfrutar. Si para los que no tenemos perro resulta
una lectura muy agradable, para los que lo tienen, y conocen el amor recíproco
que se puede tener con este animal, es una lectura imprescindible.
Pero esta historia abarca mucho más que la aventura de un
perro.
Las primeras páginas son un canto a lo que se puede
conseguir a pesar de tener unos orígenes humildes, una demostración de que el
amor no sabe de estratos sociales, si las personas deciden luchar por él y de
la importancia del estudio para conseguir los sueños.
En estos tiempos difíciles que estamos viviendo, acercarnos
a la vida de los investigadores y científicos, darnos cuenta de que son
personas que dedican su tiempo a buscar beneficios para la humanidad pero que,
cuando vuelven a casa, tienen una familia y una vida como la nuestra, resulta
muy interesante.
También es curioso conocer las envidias dentro de la
comunidad científica, las jerarquías que hay que respetar y lo que lo mueve
todo, el dinero. Dinero para seguir investigando.
Y cuando ya nos hemos familiarizado con Fulgen y Sofía, con
los gemelos y con su perro, viene el accidente y Romel pasa a ser el
protagonista en lo que nos queda por leer.
El autor nos deja, no obstante, pinceladas de la vida de una
niña con un shock post traumático, nos muestra la importancia de los abuelos y
que en el mundo sigue habiendo gente buena, que ayuda sin pedir nada a cambio.
Narrada con sencillez, tiene el mérito de conseguir atrapar
al lector a pesar de que ya conocemos la historia, como he dicho al principio y
la originalidad de saber lo que piensa un perro.
Está escrita en tres partes, con 37 capítulos cortos y un
epílogo.
Es, en resumen, un canto a la esperanza, una muestra del
amor incondicional de un perro hacia los que considera su manada, esa manada
que formó el día que dos jóvenes le salvaron y por los que está dispuesto a dar
todo, incluso, su propia vida.
Una novela bonita. Os va a gustar.
Almudena Gutiérrez |
Mi agradecimiento a Silvia Fernández de Roca Editorial por hacerme llegar un ejemplar.
Estupenda reseña, me ha encantado el libro creo que Romel tiene más corazón que muchos humanos
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