jueves, 29 de mayo de 2025

Presentación de «LA MUERTE DE CONSTANTINO» de Álvaro Lozano

 


Ayer miércoles asistimos en Sin Tarima Libros a la presentación del último libro de Álvaro Lozano, La muerte de Constantino. Acompañaba al autor, el escritor y periodista Víctor Fernández Correas.

Con una brevísima presentación de ambos autores por parte de Penélope Acero, en nombre de Edhasa, y después de dejarse vestir con túnica romana, Álvaro fue desgranando cómo fue la creación de esta novela, contestando a las preguntas de Víctor.

Contó, como curiosidades, que el primer capítulo escrito fue el correspondiente al Concilio de Nicea, que no corresponde al inicio de la historia, que los pocos libros con los que se ha podido documentar están escritos en inglés, y la inutilidad, en su caso, de la IA que le ha servido más para contrastar que, en estos temas, no es fiable.

El motivo de elegir a Constantino como protagonista de su historia es porque busca personajes sobre los que no se haya escrito mucho y, a pesar de que, por trascendencia histórica, tendría que ser tan novelado y llevado al cine como Julio Cesar, Constantino ha pasado desapercibido fuera de los libros de texto, aunque fue el primer emperador que abrazó la fe cristiana, comenzando con él toda la civilización que conocemos en el mundo occidental. No obstante, al no existir material histórico que narre su vida, la mayoría de la novela es ficción, una ficción que estamos deseando leer y, por supuesto, contaros en Pasar Página.

Almudena Gutiérrez


miércoles, 21 de mayo de 2025

Presentación «Mi nombre es Emilia del Valle» de Isabel Allende

El Círculo de Bellas Artes, con un lleno absoluto, ha sido el lugar elegido para presentar en Madrid la última novela de Isabel Allende, Mi nombre es Emilia del Valle.

Acompañada de la periodista y escritora Silvia Intxaurrondo, durante más de una hora ha contado anécdotas de su vida pero poco sobre su novela.

San Francisco, 1866: una monja irlandesa, embarazada y abandonada por un aristócrata chileno tras una apasionada relación, da a luz a una niña a la que llama Emilia del Valle. Criada por su cariñoso padrastro, Emilia se convertirá en una joven brillante de gran personalidad, autónoma e independiente, que desafiará las normas sociales de su tiempo para profesar su verdadera pasión y vocación: la escritura.

Con tan solo diecisiete años, publicará novelas de aventuras bajo un pseudónimo masculino. Pero, enseguida, su mundo ficticio se le quedará pequeño y decidirá optar al puesto de periodista que se le ofrece en el periódico local para vivir de cerca la realidad.

Tiempo después, se le presentará la oportunidad de viajar como corresponsal a la ferviente guerra civil en Chile y no dudará en tomarla. Junto al avezado periodista Eric Whelan, Emilia se encontrará una nación en quiebra, al borde del abismo. Mientras cubre el conflicto bélico entre el presidente Balmaceda y el congreso rebelde, aprovechará la estancia en el país para explorar sus vínculos con la familia Del Valle y poder, al fin, conocer a su padre.

Sus reportajes la situarán en el centro de la guerra, soportando situaciones de terrible violencia en el campo de batalla, en el hospital de sangre y en la cárcel, donde varias veces se debatirá entre la vida y la muerte. Al tiempo, vivirá -y sufrirá- el amor y conocerá también, entre bosques, lagos y volcanes, una tierra donde no llega el horror de la guerra y donde, tal vez, acabe descubriendo no solo su destino sino su propia identidad.

Una cautivadora e inolvidable historia de amor y de guerra, de descubrimiento y redención, protagonizada por una mujer que, enfrentada a los mayores desafíos, sobrevive y se reinventa. Emilia del Valle es desde ya un personaje inolvidable del universo más fértil de Isabel Allende, la saga Del Valle, que empezó con su obra maestra La casa de los espíritus y continuó con Hija de la fortuna y Retrato en sepia.

La protagonista tiene cierto paralelismo con la historia de la propia autora, como el abandono de su padre biológico, el cariño de su padrastro, que murió en sus brazos con casi 102 años y su trabajo como periodista en su juventud, en Santiago de Chile, en una revista que se podía considerar feminista.

A sus 82 años, hemos encontrado a una oradora extraordinaria, que sigue recordando Madrid con la tristeza por el recuerdo de su hija y que tan magistralmente nos contó en su novela más íntima: Paula (1994), pero que la enamora como ciudad, tanto, que si tuviese que cambiar su lugar de residencia, California, porque las cosas se pusiesen del «color de las hormigas», sería el lugar elegido para vivir.

Fue en Barcelona donde Plaza y Janés, le publicó su primera novela, La casa de los espíritus, que la hizo mundialmente famosa, algo que nadie esperaba.

Una de las curiosidades que ha explicado es que empezó a escribir La casa de los espíritus un 8 de enero, en la cocina de su casa, mientras los demás miembros de la familia veían la televisión.

Para su segunda novela, eligió esta misma fecha y, a partir de ahí, no se atrevió a cambiarla por superstición y organización del trabajo, por lo que siempre empieza sus historias un 8 de enero, aunque previamente se haya estado documentando sobre el tema elegido.

No puedo resumir aquí todo lo que nos ha contado y lo que hemos disfrutado escuchándola: ha hablado de sus maridos, de política, de los reconocimientos recibidos, de la especial relación con su madre y su colección de miles de cartas intercambiadas con ella a lo largo de los años y que ahora han digitalizado, de la autobiografía que está intentando escribir …

Poco reconocida, a lo largo de los años, por las instituciones en el mundo hispano, y en especial en su país natal, Chile, en 2010 le concedieron el Premio Nacional de Literatura de Chile. El próximo jueves será investida Doctora Honoris causa por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, en un acto que se celebrará en el Instituto Cervantes de Madrid. Este reconocimiento constituye la primera vez que una universidad española le otorga este título a la escritora chilena.

Acabo este artículo con una frase que me ha gustado cuando le han preguntado por el futuro: «El arco de la historia de la humanidad va siempre hacia el progreso».

Almudena Gutiérrez