Un majestuoso landó
avanza en dirección a la imponente finca de los Marqués. Con tan solo siete
años, la pequeña Josefa entra a trabajar como sirvienta en la casa, incapaz de
imaginar cómo su presencia cambiará para siempre la historia de dos poderosas
familias.
Treinta años más tarde
los Marqués se ven abocados a huir de su casa y abandonar su más que acomodada
posición social. No serán los únicos, pues los Sagnier habrán de exiliarse y
otros, como Antonio, pobre pero idealista, intentará dar un giro a la sociedad.
Todos ellos, defendiendo sus ideales, son ajenos al caprichoso destino que los
une mediante un poderoso lazo y un asombroso secreto.
Barcelona, San
Sebastián, Madrid, Gijón, o Teruel son los escenarios de esta fascinante
historia de amor, coraje, lealtad y traición, basada en hechos reales, que nos
revela cómo en un mundo donde la lucha por la supervivencia hace aflorar lo
peor del ser humano el amor es una fuerza poderosa capaz de hacernos superar
las mayores adversidades.
El autor:
Mi opinión:
Empiezo por comentar que ni con la portada o cubierta ni con el título, nos podemos hacer una idea de lo que nos vamos a encontrar al abrir el libro. Si es lo que se pretendía, desde luego, lo han conseguido.
Empiezo por comentar que ni con la portada o cubierta ni con el título, nos podemos hacer una idea de lo que nos vamos a encontrar al abrir el libro. Si es lo que se pretendía, desde luego, lo han conseguido.
La historia que se nos plantea es la de dos familias a las que
les cambia la vida al estallar la guerra civil, y los acontecimientos que cada
uno de ellos tiene que vivir, es muy buena.
Los perfiles que hace de cada uno de los personajes son
magníficos. Es una novela coral, por lo que son muchísimos los que van
desfilando a lo largo de la lectura, algunos de ellos, se quedarán para siempre
en nuestro recuerdo aunque no sean los protagonistas.
En mi caso, Ana Argüelles, duquesa de Riosgrandes, abuela de
Inés, Mercedes García, mujer golpeada por la vida, luchadora incansable y con
una bondad innata, y María Ceballos, que pasa de señorita a dueña de una casa
de tolerancia, son tres personajes, tres mujeres diferentes, que me han
entusiasmado y que darían, cada una de ellas, para una novela.
Otro tema que cabe destacar es la ecuanimidad del autor al
relatar las vicisitudes de la guerra y dejar claro que, ante una contienda de
estas características, las maldades y las bondades se hacen en los dos bandos,
que la mayoría luchaba en la zona que le había tocado, con independencia de sus
ideas, y que esas ideas se fueron evaporando según fueron asumiendo la dureza
de lo que estaba ocurriendo.
Según ha declarado el propio autor «Tengo una posición
bastante imparcial. Tengo familia que luchó en el bando republicano y otra en
el nacional. Ni siquiera eso me puede condicionar. La Guerra Civil dividió al
país por la mitad y la mayoría de la gente no pudo elegir el bando: si estabas
en Zaragoza eras nacional, si estabas en Barcelona eras republicano. Hubo quien
tuvo la suerte de tener dinero y salir de España, pues fueron cuatro. Pensar
que los que quedan en un bando son malos y los que quedan en el otro son bueno
es un pensamiento demasiado simplista.»
No he sabido hasta el final del libro que está basado en
hechos reales y que la mayoría de los personajes han existido aunque el autor
haya matizado sus historias, según le ha convenido. Comenzó a dar forma a las
anécdotas que le contaba su abuelo y buscó en las casas familiares, en los
archivos, hasta conseguir tener el puzle completo para elaborar su novela.
La guerra civil es otro de los protagonistas de la historia
y es aquí donde yo pongo mi «pero»: es muy difícil enlazar el contexto
histórico con lo que se quiere contar para que no parezca que estamos ante una
lección de un libro de texto y, en algunas ocasiones, eso es lo que me ha
parecido. Se recrea demasiado en episodios de la guerra civil, los extiende en
exceso, haciendo la lectura un poco espesa.
Hay muchas casualidades, demasiadas, pero visto lo que nos
está tocando vivir, ya no me atreveré a decir nunca que no me parece real algo,
porque seguro que me equivoco.
Es, en mi opinión, una buena historia a la que le sobran
doscientas páginas.
Almudena Gutiérrez |
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