jueves, 2 de abril de 2020

El Heredero de Rafael Tarradas Bultó


Un majestuoso landó avanza en dirección a la imponente finca de los Marqués. Con tan solo siete años, la pequeña Josefa entra a trabajar como sirvienta en la casa, incapaz de imaginar cómo su presencia cambiará para siempre la historia de dos poderosas familias.

Treinta años más tarde los Marqués se ven abocados a huir de su casa y abandonar su más que acomodada posición social. No serán los únicos, pues los Sagnier habrán de exiliarse y otros, como Antonio, pobre pero idealista, intentará dar un giro a la sociedad. Todos ellos, defendiendo sus ideales, son ajenos al caprichoso destino que los une mediante un poderoso lazo y un asombroso secreto.

Barcelona, San Sebastián, Madrid, Gijón, o Teruel son los escenarios de esta fascinante historia de amor, coraje, lealtad y traición, basada en hechos reales, que nos revela cómo en un mundo donde la lucha por la supervivencia hace aflorar lo peor del ser humano el amor es una fuerza poderosa capaz de hacernos superar las mayores adversidades.

El autor:



Rafael Tarradas Bultó (Barcelona, 1977) estudió Diseño Industrial en la Universidad Autónoma de Barcelona y actualmente trabaja en el sector de la comunicación en Madrid. Además de su interés por el arte y el deporte, es un apasionado de la historia de los siglos XIX y XX. Cuando no está leyendo sobre la materia le gusta escribir en su retiro del Valle del Tiétar, Ávila.






Mi opinión:

Empiezo por comentar que ni con la portada o cubierta ni con el título, nos podemos hacer una idea de lo que nos vamos a encontrar al abrir el libro. Si es lo que se pretendía, desde luego, lo han conseguido.

La historia que se nos plantea es la de dos familias a las que les cambia la vida al estallar la guerra civil, y los acontecimientos que cada uno de ellos tiene que vivir, es muy buena.

Los perfiles que hace de cada uno de los personajes son magníficos. Es una novela coral, por lo que son muchísimos los que van desfilando a lo largo de la lectura, algunos de ellos, se quedarán para siempre en nuestro recuerdo aunque no sean los protagonistas.

En mi caso, Ana Argüelles, duquesa de Riosgrandes, abuela de Inés, Mercedes García, mujer golpeada por la vida, luchadora incansable y con una bondad innata, y María Ceballos, que pasa de señorita a dueña de una casa de tolerancia, son tres personajes, tres mujeres diferentes, que me han entusiasmado y que darían, cada una de ellas, para una novela.

Otro tema que cabe destacar es la ecuanimidad del autor al relatar las vicisitudes de la guerra y dejar claro que, ante una contienda de estas características, las maldades y las bondades se hacen en los dos bandos, que la mayoría luchaba en la zona que le había tocado, con independencia de sus ideas, y que esas ideas se fueron evaporando según fueron asumiendo la dureza de lo que estaba ocurriendo.

Según ha declarado el propio autor «Tengo una posición bastante imparcial. Tengo familia que luchó en el bando republicano y otra en el nacional. Ni siquiera eso me puede condicionar. La Guerra Civil dividió al país por la mitad y la mayoría de la gente no pudo elegir el bando: si estabas en Zaragoza eras nacional, si estabas en Barcelona eras republicano. Hubo quien tuvo la suerte de tener dinero y salir de España, pues fueron cuatro. Pensar que los que quedan en un bando son malos y los que quedan en el otro son bueno es un pensamiento demasiado simplista.»

No he sabido hasta el final del libro que está basado en hechos reales y que la mayoría de los personajes han existido aunque el autor haya matizado sus historias, según le ha convenido. Comenzó a dar forma a las anécdotas que le contaba su abuelo y buscó en las casas familiares, en los archivos, hasta conseguir tener el puzle completo para elaborar su novela.

La guerra civil es otro de los protagonistas de la historia y es aquí donde yo pongo mi «pero»: es muy difícil enlazar el contexto histórico con lo que se quiere contar para que no parezca que estamos ante una lección de un libro de texto y, en algunas ocasiones, eso es lo que me ha parecido. Se recrea demasiado en episodios de la guerra civil, los extiende en exceso, haciendo la lectura un poco espesa.

Hay muchas casualidades, demasiadas, pero visto lo que nos está tocando vivir, ya no me atreveré a decir nunca que no me parece real algo, porque seguro que me equivoco.

Es, en mi opinión, una buena historia a la que le sobran doscientas páginas.

Almudena Gutiérrez

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