«Las herederas de la Singer» cuenta la conmovedora
historia de las mujeres de una familia ligadas a una máquina de coser que
custodió un secreto durante cuatro generaciones.
El día que la joven Aurora se vio obligada a trabajar en
la mina tras el accidente de su padre, se juró a sí misma hacer lo que fuera
necesario para salir de aquel infierno.
Un matrimonio sin amor y la máquina de coser Singer de
segunda mano que recibe como regalo de bodas le proporcionarán una nueva forma
de salir adelante, hasta que un terrible suceso convierte la Singer en la única
prueba de la amenaza que la perseguirá toda la vida.
Muchos años después, la complicidad que teje con su
biznieta Alba desvelará el secreto que ha planeado sobre las mujeres de su
familia.
Mi opinión:
Empiezo por decir que me ha cautivado esta historia de
cuatro generaciones de mujeres a lo largo de noventa años.
Como nieta de una joven viuda que se ganaba la vida pedaleando
en una Singer, y que fue la mujer más feliz del mundo cuando su hijo le regaló
una Singer automática en la década de los sesenta, me cautivó el título y la
sinopsis, pero no tenía ni idea de que me iba a enfrentar a la historia de las
mujeres en la cuenca minera asturiana durante los durísimos años que les tocó
vivir, que no se limitaron a la guerra civil
«La guerra aquí comenzó con la revolución del treinta y
cuatro. Ahí empezaron años de sufrimiento y de muerte. Y después, ¡ay, después!
No hubo época más mala que la posguerra: todo era trabajar y trabajar, día y
noche, y pasar hambre, miedo y penurias. Y el hambre terminó, pero el miedo
duró décadas… ¡Ojalá hubieran sido tres años! Cuántas vidas se hubieran
salvado»
Con valentía, sin recrearse, pero sin evitar contar lo que
allí ocurrió, la represión de la que fueron objeto, lo que sentían las familias
de los mineros, las malas lenguas, el terror a enfermar y que no llegase el
pequeño jornal, los diferentes estratos sociales dentro de los propios mineros,
el papel de la mujer, en una época en la que no eran nada y allí menos. Pero
también, la amistad, la ayuda, los lazos que la miseria consigue atar tan
fuerte que duran toda la vida.
Fuera de Asturias, Madrid y Sevilla, y vuelta a las mentiras
para sobrevivir, mentiras más modernas, según nos vamos acercando al final del
siglo XX, pero mentiras, al fin y al cabo.
Una historia de renuncias, algunas obligadas por los
tiempos, otras voluntarias, con origen en la sociedad que les rodea.
La narración no tiene un hilo temporal, sino que da saltos
continuos, aunque está tan bien narrada que el lector no se pierde. Capítulos cortos
le dan un ritmo narrativo que no decae en ningún momento, a mí me atrapó desde
la primera página. Con varias voces narradoras, una de ellas en primera
persona, es un esquema complejo del que ha sabido salir con sobresaliente.
Diálogos frescos, con muy diferentes formas de hablar, identificando a cada uno
y el papel que le ha tocado.
Cuando cerramos el libro, conocemos perfectamente a las
cuatro mujeres protagonistas, pero también a todos los personajes secundarios,
que nos ha ido perfilando con maestría. Los hombres, sus distintas formas de
actuar, las amigas, Olvido, la madre de Aurora, que juega un importante papel
en la historia, Florita, Ramona, la abuela Herminia, maravillosa mujer de la
que me he quedado prendada, Pilar, Paloma, Paulino, Carlos, merece la pena
conocerlos. Muy hábil la descripción de los espacios, y saber modular la
emoción y tensión necesaria en cada momento
Me ha gustado el recurso que utiliza para ponernos en
antecedentes de la época que estamos leyendo, con detalles como la Eurovisión,
una canción que se escucha en la radio o el ataque a Pearl Harbor, lo que
muestra la gran documentación que ha utilizado para no dejar «puntada sin
hilo».
Por último, el final. Que una novela que cuenta una saga, de
un giro que te deje boquiabierta y que no te esperas, ya es un logro. Pero,
además, la novela podría terminar con el último capítulo, pero la autora nos ha
querido regalar un epílogo lleno de esperanza que permite que cierres el libro
con una sonrisa, como algunas de las que nos han dedicado Aurora y Alba en las
escenas que comparten.
Muy, muy recomendable.
En el número 51 podréis encontrar la entrevista que le hicimos a la autora, Ana Lena Rivera.
Almudena Gutiérrez |
No hay comentarios:
Publicar un comentario