Con El regreso nos embarcamos en una historia de pullas
infantiles, de amores frustrados, de engaños, violencia e hipocresía. A través
de Lorena, Luis, Santiago y María, asistimos a una demostración de que ningún
ser humano es perfecto, cuando de vengarse se trata.
Mi opinión:
Esta novela en la que Antonio Lagares se sale de su zona de
confort es, ante todo, la historia de una amistad tóxica de consecuencias
inimaginables, tan tóxica que marcará el destino de sus protagonistas.
Con unos personajes muy marcados, de los que iremos
conociendo su pasado y su presente, en un tapiz en el que se van mezclando sus
vidas, no siempre tal y como nos lo imaginamos, con intriga en cada capítulo,
en los que el autor deja la puerta abierta a la imaginación del lector, al que
no defrauda en ningún momento.
Diréis que no estoy contando nada, pero, si queréis
disfrutar de esta novela, es mejor que no sepáis, que lleguéis a su lectura
sabiendo que os va a sorprender, que no vais a poder dejar de leer porque tiene
unos giros magníficos y un final, con lo difíciles que son los finales, digno
de una buena narración.
Con un inicio un poco lento, aunque necesario para entender
después el desarrollo de la trama, hay que destacar el magnífico perfil
psicológico de los personajes, algo en lo que el autor es especialista.
Antonio Lagares ha aprovechado para hacer una reflexión
sobre las clases sociales, los chavales que tienen «las espaldas cubiertas»
porque sus padres son personas influyentes, y saben que sus actos no tendrán
consecuencias o, al menos, no las mismas que en otros chicos de diferente
estrato social. También reflexiona sobre la sanidad privada y la posible
manipulación de pruebas y resultados.
Con esta lectura nos plantearemos, una vez más, que la
maldad es inherente al ser humano, que solo necesita un detonante para que
aflore y que la venganza es, en mi opinión, una forma de maldad.
Solo me queda invitaros a que leáis El regreso, os va a gustar.
Almudena Gutiérrez |
No hay comentarios:
Publicar un comentario