Cuando después de una
cena de amigos se quedan a solas con la pareja del otro, se pondrán a prueba el
amor, la fidelidad y el sexo. En teoría, todos tenemos ciertas cuestiones
resueltas, pero la práctica demuestra que el ser humano es débil y a la vez
terriblemente manipulador.
Daniel y Virginia viven
en Barcelona y han aprovechado el fin de semana para visitar a Carlos y a Marta
en Madrid. Ellos son viejos amigos, y ellas sus novias desde hace varios años.
El domingo por la noche, después de cenar, Carlos se ofrece para llevar a
Virginia al aeropuerto ya que el lunes a primera hora tiene que estar en
Barcelona trabajando. En cambio Daniel tiene planeado quedarse una noche más en
casa de sus amigos.
Cuando se queden a
solas, Daniel descubrirá que Marta tiene en mente una charla que devendrá en
una creciente lucha de poder. Lo que Marta desconoce es que Daniel también
guarda ciertos secretos que pueden no favorecerla.
Por otro lado en el
garaje, Carlos y Virginia también tendrán una conversación postergada que puede
traer muchos cambios a la dinámica, aparentemente cómoda, que mantienen.
En estas dos
situaciones, el amor, la fidelidad y el sexo serán los temas principales.
Porque es cierto que en teoría, todos tenemos ciertas cuestiones resueltas,
pero la práctica demuestra que el ser humano es débil y a la vez terriblemente
manipulador.
Solo serán necesarios
un salón y un garaje para contar esta historia que no pretende ser moral, pero
que sí hará que los cuatro personajes aprendan una lección.
Con este argumento y la seguridad de que me iba a reír
por lo que había visto en el vídeo de promoción, me dirigí al Teatro Lara el
pasado viernes 27 de julio.
El Teatro Lara fue inaugurado en 1880, durante el reinado
de Alfonso XII y no existía ni la electricidad ni el Metro ni la Gran Vía.
En la actualidad se mantiene la sala principal
«Cándido Lara», pero se ha abierto otra sala que ocupa una parte del vestíbulo
original la «Lola Membrives» en la mejor muestra del llamado «teatro off», que
convierte el teatro en una representación cercana y, por supuesto, mucho más
asequible.
Teoría y práctica sobre los principios mecánicos del sexo escrita por Miguel Ángel Cárcano y dirigida por César
Oliver, cuenta con cuatro magníficos actores en escena: el propio César Oliver,
Laura Mas, Cristobal Araque y Marta Escurín.
Reciben a los espectadores con una amplia sonrisa y
nos invitan a Lacasitos y patatas fritas.
Con una puesta en escena sencilla, que ellos mismos se
encargan de trasformar en un segundo decorado, se presentan ante el público y,
durante setenta y cinco minutos, nos hacen reír y reflexionar. Se habla de sexo
sin dar ningún rodeo y, precisamente por eso, no resulta ni soez, ni vulgar, y
nos lleva al trasfondo de las relaciones de pareja, lo que se cuenta, lo que se
sabe, lo que se calla.
Al final de la obra el director aplaude al quinto
actor, el público. Os invito a formar parte de este elenco, disfrutaréis de una
tarde o noche diferente en este verano madrileño.
Almudena Gutiérrez
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