sábado, 14 de abril de 2018

Entrevista a Mercedes Gallego


En el número 4 de la Revista Pasar Página, Carmen Martín Audouard entrevistó a la escritora Mercedes Gallego Moro.


Hoy creo que es interesante publicarla en este blog, ya que es noticia por haber publicado una nueva novela, «Mauri».
Mercedes nos tiene acostumbrados a novelas de género negro, con protagonistas femeninas. Aunque también publicó un libro de relatos y uno de poesía en el que desnuda su alma, en esta ocasión ha dado un giro de trescientos sesenta grados para meterse en la piel de un psicópata maltratador.

Si queréis leer lo mejor que ha escrito esta autora, no dudéis en comprar Mauri, no lo vais a olvidar.
Si os apetece conocer un poco mejor a Mercedes leed la entrevista. 

Todas sus obras están disponibles en Amazon.



LA ENTREVISTA DESEADA

¡Por fin! Si el mes pasado apareció en la revista «La Entrevista Soñada» este mes el título le va que ni pintado. Después de llevar al menos dos años golpeando como un yunque en hierro frio conseguimos que nuestra directora cambie de papel y hoy, además, aparezca como protagonista de la entrevista.
Mercedes Gallego Moro nació en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), por supuesto y aunque ella no lo oculta, yo como siempre, no voy a poner el año. Ha sido funcionaria del Estado, pero no una funcionaria como casi todos las imagináis, no, ella estuvo dos años en la Policía Nacional (Grupo Especial Femenino) que además estaba en creación, y después en CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) que en un ámbito distinto tampoco estaba mal, y creo que es lo único que se puede decir de ella en pasado porque sigue siendo Psicóloga, escritora, amante de la vida, activa y por encima de todo buena persona.

CMA— Gracias Mercedes, se que lo vas a pasar mal porque siempre te has  negado a ser entrevistada, pero creo que nuestros amigos necesitan conocerte un poco mejor, aunque tienes muchos seguidores que sin duda lo son también de tu Blog «Lo que el viento no se llevó»
MGM— Gracias a ti, Carmen. Tienes razón, me he negado a la entrevista, aunque desde el principio me la habéis pedido, porque no me gusta que los lectores piensen en un «yo me lo guiso y yo me lo como», es decir, utilizarla para darme bombo, pero bueno. Aquí me tienes.

CMA— Has vivido casi como los feriantes, en muchas provincias españolas ¿por qué todas tus novelas se desarrollan en Barcelona?
MGM— Porque cuando comencé a escribir vivía allí y los hechos de la Saga de Candela están muy unidos a Barcelona. Sin embargo, una novela que tengo empezada (la quinta de Candela), transcurre en Madrid.

CMA— ¿Candela Luque o cualquier otro de tus personajes se parece a alguien que hayas conocido?
MGM— Candela tiene mucho mío: el amor a la justicia, que no a la ley, por ejemplo. El inconformismo, la lucha contra la injusticia, que me ha creado no pocos problemas en mis diferentes puestos de trabajo… Si yo te contara…

CMA— ¿Cuándo empezaste a publicar?
MGM— A escribir novela comencé en 2006, cuando después de cotizar los años exigidos, pude jubilarme. Siempre he escrito, pero como soy un poco exigente conmigo misma, no escribía novela ya que para ello necesitaba hacer de escribir mi oficio y trabajando no era posible. Admiro a las escritoras que trabajan y pueden simultanearlo con la creación literaria. Yo no he sido capaz. En cuanto a la pregunta, creo que fue en 2009 cuando aterricé en Amazon, porque la crisis económica abocó a las editoriales a restringir el pago de adelanto editorial y no estaba yo por la labor de trabajar gratis además de ceder los derechos por unos cuantos años.

CMA— ¿Fue la figura de tu padre el referente para que te decidieras a escribir?
MGM— Mi padre me enseñó a escribir y me regaló mi primera máquina Olivetti Estudio 44, que todavía tengo aunque ahora la utilice de reposapiés por la forma de su caja; utilizo la funda, la máquina no, claro.
»A los catorce años yo le pasaba a limpio un programa que hacía en Radio Nacional que se llamaba La huella del hombre, en el que recogía la vida y obra de músicos y otros creativos. También me exigía una redacción diaria con tema libre. Todavía recuerdo que la que más le gustó fue una en la que una mesa de madera recordaba la época en la que había sido árbol.

CMA— ¿Cuándo una nueva novela de la saga Candela?
MGM— De momento eso está parado. Tengo una novela terminada y pendiente de revisión a fondo, después de recoger opiniones de amigas de confianza a las que se la di para leer. En este momento estoy terminando una nueva historia que no tiene nada que ver con lo policiaco, aunque como pasa en casi todas mis novelas, haya asesinatos. No lo puedo evitar.

CMA— ¿Te has bebido la vida, o ahora consideras, que ha sido a la inversa?
MGM— Creo que he vivido muy intensamente cada una de mis etapas, que son muchas, porque desde que tengo uso de razón, cuando no me gusta el rumbo que ha tomado, doy portazo y empiezo de cero. Sí. Me la he bebido. Prueba de ello es que cercana a los setenta años volví a darle un giro porque no me gustaba en lo que se había convertido.

CMA— ¿Hay muchas cosas que no volverías a hacer?
MGM— Creo que todos tenemos ese baúl de recuerdos con algunos que nos hacen daño. Sí hay algo que no volvería a hacer: estar lejos de mi familia tanto tiempo. Mis hermanos y por supuesto, las familias que han creado, son lo mejor que me ha pasado.

CMA— ¿De verdad crees que los recuerdos se borran con el paso del tiempo?
MGM— No se borran, pero se transforman. La añoranza magnifica los buenos y el dolor minimiza los malos, pero siempre están ahí esperando la ocasión para hacerse actuales. Esa es nuestra lucha diaria, mirar hacia adelante y vivir el momento. El pasado no tiene solución y el futuro no existe. Vivir al día es la solución.

CMA— ¿Crees que hay que ser conocido por algo ajeno a la escritura para que te publiquen un libro o hay que tener más apoyo de las editoriales?
MGM— Me atrevería a decir que lo importante es escribir bien, pero viendo algunos bodrios publicados por grandes grupos editoriales, creo que algo de enchufe hay que tener.

CMA— ¿Eres una escritora… vamos a decir visceral?
MGM— Soy visceral en todo lo que hago, escribir no es una excepción.

CMA— Esta pregunta te la hace Don Francisco de Quevedo. ¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?¿Nunca se ha de decir lo que se siente?
MGM—  Otro de mis errores vitales: decir lo que siento. No es lo mejor, pero me acepto como soy porque ya no me da tiempo a cambiar.

CMA— ¿Crees en la amistad? Y no te digo desinteresada, porque si no lo es ya no se le puede llamar amistad.
MGM— Creo en la amistad por encima de todo y siempre es interesada. Para mí la amistad es amor sin deseo y esperas correspondencia en la misma medida de lo que das. Es un interés no material, pero interés al fin.

CMA— Nos decía Raimon Al vent,  la cara al vent, el cor al vent, les mans al vent, al vent del món. ¿No te parece que el viento se ha llevado demasiadas cosas nuestras?
MGM— El viento es la vida y se lleva ilusiones, idealismo y creer que puedes cambiar el curso de la historia con tu esfuerzo. Los vientos que ahora soplan están muy alejados del humanismo porque los ideales han muerto, las ideologías también y las metas se han reducido a la ambición en toda la extensión de la palabra: poder y dinero.

CMA— ¿Grosso modo te han decepcionado muchas cosas?
MGM— Más que muchas cosas, mucha gente, creo que le sucede a cualquiera que tenga más años por detrás que por delante, pero no me gusta regodearme en lo negativo. Paso página y miro hacia otro lado.

CMA— ¿Quién manda en tu casa. Mercedes la humana de Candela o Candela la gata de Mercedes?
MGM— Me temo que se me está yendo de las manos, por eso no quise tener hijos. Se ha convertido en una celosa posesiva que campa a sus anchas. De momento me impide viajar, que ya es mucho para una sagitario inquieta.

CMA— Muchas gracias por tu tiempo, espero que no te hayan defraudado las preguntas, a nosotros las respuestas seguro que nos parecerán muy, muy interesantes. Un fuerte abrazo Mercedes.
MGM— Gracias a ti y a la redacción que ha aprobado esta entrevista. Me queda por decir lo agradecida que estoy a todas por apoyar y trabajar en uno de mis sueños: dirigir una publicación.

Su obra:












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