lunes, 5 de marzo de 2018

Club de Lectura Las tardes en la Regional: La conspiración de Yuste


La Biblioteca regional Joaquín Leguina acoge los encuentros del Club de Lectura «Las tardes de la Regional». Estos encuentros mensuales, reúnen a un grupo de personas en torno a una obra de novela histórica y su autor.

En esta ocasión, el libro elegido era La Conspiración de Yuste, de Víctor Fernández Correas.

Al autor le acompañaban sus compañeros de la Asociación Verde Viento, todos ellos implicados en las Jornadas de Novela Histórica de Madrid: Carolina Molina, Olalla García, David Yagüe Cayero, que actuaba de presentador y Eduardo Valero que había preparado un vídeo sobre el Madrid en tiempos de Carlos I. Una ciudad en la que vivió muy poco tiempo pero en la que tuvo retenido a Francisco I de Francia. No está muy claro si estuvo en la Torre de los Lujanes, o en la Casa de los Vargas de la Casa de Campo.
Víctor Fernández Correas ha tomado la palabra y nos ha trasladado al mundillo de la creación de una novela histórica, en la que se entremezclan en la trama los personajes reales, sobre los que hay que documentarse mucho, y los personajes inventados. En su biblioteca varios libros sobre este personaje al que ya ha convertido en «su colega»

Igualmente ocurre con los lugares que se mencionan en el libro: La Comarca de la Vera, con el Monasterio de Yuste, Valladolid, Medina del Campo y Brujas.

El autor ha visitado cada uno de ellos y alguno le ha resultado particularmente difícil. Si bien Brujas sigue estando prácticamente igual que cuando Carlos V paseaba por sus calles, en Medina de Campo no existe nada de la zona sobre la que él escribe, por lo que la labor de documentación ha sido mucho más ardua. Un mapa del siglo XVI en el anverso y uno del siglo XXI en el reverso, le ayudaron a describir el barrio en el que vivían algunos de sus protagonistas.

En Valladolid, siguen existiendo las mismas calles aunque con diferentes nombres.

En Cuacos de Yuste, le ha servido de gran ayuda el plano que Eulogio, un historiador que lleva veinte años recopilando datos sobre la zona, le hizo para este libro. Está elaborado a base de estudiar las partidas de bautismo y defunción registradas en la iglesia de esta localidad, capital administrativa de la mancomunidad de la Vera.

En 1557, cuando Carlos I llegó a Cuacos, había unos mil habitantes, en la actualidad el último censo cifra en 850 habitantes, y se triplicó la población, porque llegaron soldados, vasallos, y todas las gentes necesarias para dar servicio al emperador, al que se le servían menús de veinte platos, que acompañaba con dos litros de vino o de cerveza. En el Monasterio de Yuste no podía alojarse tanto personal, por lo que este pequeño pueblo se trasformó, acogiéndolos a todos, que subían cada día al Monasterio.
La Garganta de la Olla, otra de las localidades importantes, en la que vivió Isabel de Carvajal que, según la leyenda se convirtió en La Serrana de la Vera, que llevaba a su cueva a los hombres que merodeaban por la zona y, después de «yacer» con ellos, los mataba. Cuentan que se echó al monte por un desengaño amoroso…

Y dejo para el final el Monasterio de Yuste, de una sobriedad impresionante, con cortinajes negros que le recordaban al Emperador la reciente muerte de su madre, Juana la Loca, muebles sobrios, cama excesivamente pequeña y unos bellos jardines en los que Carlos I cultivaba plantas. Hubo una planta que dio una única flor el día 20 de septiembre de 1558 y se marchitó el día 21, igual que el Emperador.
También cuentan que hubo una extraña ave de pelaje blanco, más pequeña que una cigüeña, que estuvo graznando durante un día entero, del 20 al 21, sobre la torre de la iglesia, como si anunciase la muerte del señor que allí moraba.

Las leyendas se mezclan con las historias y Víctor Fernández Correas conoce tantas que este encuentro se nos hace cortísimo. Nos quedan muchas cosas por conocer. Hablamos del paludismo que le mató, del Luteranismo que tanto le atormentaba, de su religiosidad, de la Inquisición, incluso de que habría pasado si España se hubiese abierto al mundo como hizo Alemania, en lugar de retroceder durante el reinado de Felipe II con un oscurantismo que creó una brecha insalvable con los países de Centroeuropa.

La historia se puede estudiar y podemos jugar a imaginar cómo podría variar el mundo con un suceso u otro, pero no se puede cambiar y merece la pena conocerla. Estos encuentros y  ayudan mucho.

Víctor va a volver a escribir sobre su «colega» Carlos. No sabe cuándo será el momento idóneo, pero volverá a hacerlo, nos lo ha prometido. Entre tanto, no dejéis de leer La Conspiración de Yuste.
Almudena Gutiérrez

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