Comienza esta historia en las riberas del río Elba. Una,
ocupada por las tropas imperiales españolas, lideradas por Fernando Álvarez de
Toledo, duque de Alba; la otra, por los luteranos, comandados por Mauricio de
Sajonia. Y pronto la fuerte corriente del Elba, envuelta entre la niebla, se
manchará de sangre. Pero no es ésta sólo la novela de los hechos, crudos,
latentes, vivos aún, si no la de personajes inolvidables, más allá de los
grandes nombres que han pasado a la Historia: los soldados Cristóbal de
Mondragón y su amigo Diego Cubero, que se enfrenta a la muerte con la ayuda de
la prostituta Dorothea; Baltasar Carrillo, arcabucero gaditano sediento de
matar luteranos, y su compadre, más cabal, Íñigo Mendizábal; el espía Norbert
Bachmann, inteligente mercenario, o Barthel Strauchmann, habitante de Mülhberg
a quien deberán los imperiales la victoria? Ellos son unos pocos, pero hay
muchos más. Y vale la pena conocerlos.
Víctor Fernández Correas se adentra en una época y unos
personajes que conoce como si hubiera estado allí y nos transporta al siglo XVI
con una fuerza e ímpetu de forma así inconcebible. Con prosa certera, diálogos
ágiles y unos personajes vivos como pocos, es Mühlberg una novela que va mucho
más allá del género histórico. Una Novela en mayúsculas y quizás la mejor
novela sobre la batalla de Mühlberg y sobre Carlos I escrita hasta la fecha.
Esta novela es la historia de una batalla o, mejor dicho, el
autor utiliza una batalla para escribir una historia de personajes y
sentimientos.
Con sus descripciones, nos hará masticar el polvo, sentir el
frío, empaparnos en las heladas aguas del Elba y escuchar su corriente, temer
la espesura de la niebla y agradecer los rayos del sol, oler a muerte, a odio y
a venganza. Vestiremos las pesadas armaduras y sufriremos por nuestros caballos
extenuados por estar sometidos a nuestro peso con las «vestimentas» de guerra.
Los personajes, muchos, juegan un papel importante porque no
serán simples pinceladas en la trama, conoceremos sus vidas, sus miserias y sus
sentimientos más profundos, lo mejor y lo peor del ser humano cuando lo ponemos
en situaciones extremas, capaces de arriesgar la vida para salvar a un amigo y
de violar a una muchacha para desahogar sus más bajos instintos.
Soldados que cumplen órdenes porque creen en la causa que
los ha llevado hasta allí, por defender su honor, por dejar de pasar hambre o
para vengarse del enemigo. Porque para todos, los más nobles y los más
humildes, el ver la muerte de cerca les genera muchas dudas, más a los más
curtidos en la batalla a los que ya se les pasó las ganas de aventura.
Y entre tanta dureza, cabe una tierna historia de amor, el
recuerdo de las familias, la soledad de un viudo, la esperanza de un futuro
mejor o la añoranza de un amigo perdido.
Uno de los puntos fuertes de esta novela, son los diálogos,
magníficos, con grandes reflexiones, llenos de melancolía, humor, duelos de
ego, cariño, admiración e, incluso, odio.
Muchos son, ya lo he dicho, los personajes que desfilan en
esta novela, en la que el autor ha sabido aunar los reales con los ficticios
sin que el lector lo pueda distinguir pero, por su profundidad, me han
encantado tres: Norbert Bachmann, Gaspar Briceño y Wolf von Schönberg y, por
supuesto, Dorothea.
La semblanza de Fernando Álvarez de Toledo, el Gran Duque de
Alba, el recuerdo a su amigo perdido, Garcilaso de la Vega, sus conversaciones
con Carlos V y sus reflexiones, también son dignas de mención. Si hubiese que
elegir un protagonista, sería este, sin duda.
Una novela que muy bien podría llevarse al cine, al estilo
de la aclamada 1917, ya que la historia transcurre en dos días escasos, a ambas
orillas del Elba, en la localidad de Mühlberg.
Magnífica.
En el número 52 podréis encontrar la entrevista que le hicimos al autor, nuestro compañero Víctor Fernández Correas.
También podéis visitar su página web y conocer su obra.
Almudena Gutiérrez |
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