Siguiendo con nuestros artículos en los que intentamos dar
voz a los jóvenes, este mes traemos a Alicia Telo González y a Javi Guerola
Pavía.
Esta es su historia.
Alicia Telo nació en Madrid, hace veinticinco años. Aunque
quería estudiar Comunicación Audiovisual, optó por un doble grado que incluyese
Administración de Empresas, dada la inestabilidad del trabajo en fotografía,
cine y televisión.
Consiguió acabar sus estudios, cursar una beca en Buenos
Aires y encontró trabajo en el mundo de la producción televisiva que, a día de
hoy, es lo que más le gusta.
No es un mundo fácil. A la precariedad laboral de los
jóvenes, hay que añadir la inestabilidad del sector. La cantidad de series que
ahora mismo se están produciendo, no son proporcionales con la capacidad de
trabajo que generan. Los contratos son por obra y servicio, por lo que
finalizado el rodaje te quedas en la calle, esperando otra serie.
Otra modalidad es la contratación fija discontinua, que te
asegura trabajar siempre con la misma productora pero sólo cuando hay proyectos
en marcha.
Otra cuestión es que para llegar a trabajar con cierta
frecuencia, necesitas crear una red de contactos que, al principio, es muy
difícil. Todo se hace a través de esta red: llaman a los que les suenan que han
trabajado bien en un proyecto anterior. Los comienzos son duros porque te
contratan para aprender, prácticas no remuneradas, aunque desarrolles casi el
mismo trabajo que los que cobran, y una vez acabadas, para días sueltos en los
que necesitan reforzar la plantilla habitual.
Cuando, por fin, se consigue un contrato, está ligado a la
continuidad de la serie.
Los sueños de Alicia están en este campo. Da igual que sea
televisión o cine ya que las grandes productoras son las mismas, pero es muy
difícil mantenerse, hacer una buena carrera profesional. Ahora mismo es
auxiliar de producción, su meta, llegar a ser productor ejecutivo, el máximo al
que se puede aspirar pero para eso, tendrá que seguir trabajando duro y ¿por
qué no?...soñando.
Javi Guerola nació en Valencia hace veintidós años. Sin
tener muy claro cuál podía ser su futuro, por un impulso motivado por lo que le
gustaba el cine, y lo payaso que era con su familia, decidió estudiar el
Bachillerato Artístico-escénico.
Aunque como formación no le sirvió para iniciarse como
actor, sí le dio la oportunidad de conocer a personas con sus mismos intereses.
Se incorporó a la compañía Auca 21, primero desde la regiduría y después con pequeños papeles,
lo que le dieron la oportunidad de trabajar de una forma profesional,
codeándose con actores veteranos de los que aprendió muchísimo.
Con el apoyo de su padre, que consiguió puesto propio en el
apartado técnico de la compañía, pudo formar parte del elenco de la obra El Virgo de Visenteta, que obtuvo un
gran éxito.
Su pasión por este mundo le llevó a unirse con otros amigos
para fundar SijiTeatre y crear sus
propios proyectos. Tras muchos meses de durísimo trabajo, formando un buen
equipo, buscando permisos, financiación y todo lo que se esconde detrás del
telón, pudieron estrenar Dos Mozos y un
Destino de Pilar Soriano.
Javi crecía como actor, día a día. Una segunda obra Caput Vitae, les granjeó muy buenas
críticas.
Su mundo en el teatro lo alternó con sus estudios, porque
sus sueños no se quedaban en el teatro y comenzó a explorar otras
manifestaciones artísticas como la dirección cinematográfica.
Está en su último año de Comunicación Audiovisual, ha
estudiado dos años de doblaje y está dirigiendo el corto Copenhague.
¿El futuro?: seguir estudiando técnicas de interpretación,
crecer como actor en papeles difíciles, en cine, en teatro, con proyectos en
los que crea como SijiTeatre y sin
cerrar ninguna puerta de este mundo que le parece fascinante.
Alicia, Javi, anotad sus nombres, seguro que en un futuro,
cuando aparezcan en los créditos de las grandes obras, recordaremos que un día
Pasar Página contó sus sueños.
Artículo original publicado en el número 18 de la Revista Pasar Página
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