sábado, 17 de febrero de 2018

La forma del agua



La forma del agua 


Esta película que ya ha ganado el León de Oro en Venecia y el Globo de Oro, ha conseguido trece nominaciones para la 90 edición de los Oscar de Hollywood, las mismas que Lo que el viento se llevó en 1939. La producción y la dirección son de Guillermo del Toro y es coguionista con Vanessa Taylor. Es un drama romántico de género fantástico.


Sinopsis:

Guillermo del Toro
Estados Unidos, alrededor de 1963. Es la Guerra Fría y la carrera militar y espacial está en su punto más álgido. La solitaria Elisa es una empleada de la limpieza que trabaja en un oculto laboratorio dentro de unas instalaciones de alta seguridad del gobierno. Atrapada en una vida llena de silencio y aislamiento, su vida cambia por completo al descubrir junto con su compañera Zelda un experimento clasificado como secreto. Se trata de un ser enigmático: un hombre-pez único, una auténtica anomalía natural, que vive encerrado y es víctima de diversos experimentos. Elisa empieza entonces a sentir simpatía por este extraño ser y se establece una fuerte conexión entre ambos. Pero el mundo real no es un lugar seguro para un hombre de estas características.

Mi opinión:

Sally Hawkins
Es una película bonita. Se podría decir (palabras de mi marido) que es el ET del siglo XXI y puede que tenga razón. Es un cuento para adultos, muy cuidado, con una música que llena los grandes silencios, una fotografía y ambientación que nos introduce en un laboratorio de alta seguridad y en los colores y la extraña moralidad de una década, la de los sesenta.
Puede ser también una fábula con moraleja, la fábula de los seres marginados, los que limpian las porquerías de los demás y se convierten en invisibles para los poderosos, personas nobles que se unen para ayudarse entre ellos en un mundo hostil.
Michael Stuhlbarg
Muy importante el papel de los actores. La protagonista Sally Hawkins, hace una interpretación buenísima de un personaje difícil ya que lo hace solo con gestos, es muda. Su vecino y compañero, Richard Jenkins, el eterno secundario que borda sus papeles, su amiga Octavia Spencer, nos tiene acostumbrados a interpretaciones magistrales y el «malo»  Michael Stuhlbarg, irreconocible como Strickland. El actor que da vida al hombre anfibio, Doug Jones, tiene el mérito de soportar las largas horas de rodaje embutido en ese difícil traje.
El guiño a los viejos musicales le da un punto de precioso romanticismo.

Guillermo del Toro no ha querido pasar de largo sobre temas como la homofobia, el racismo y el machismo que, tristemente, siguen presentes más de cinco décadas después.


Doug Jones
Octavia Spencer
Richard Jenkins

Gran película.



Almudena Gutiérrez

1 comentario: