El lugar elegido, el Círculo de Bellas Artes, que le trae
especiales recuerdos a la autora, pues fue en este mismo escenario en el que se
subió por primera vez para dirigir una obra de teatro de aficionados. Se puede
decir que entre estas paredes nació su afición por dedicarse a escribir.
Los asistentes fuimos sorprendidos por una ambientación en
el escenario que nos transportase al siglo XVII y una teatralización de varios
pasajes de la novela.
La Toffana fue originalmente una obra de teatro y, cuando la
autora encontró los manuscritos originales del juicio, decidió convertir su
obra en novela, lo que le ha valido el Premio Primavera por unanimidad del
jurado.
La Toffana vivía en el Trastévere, barrio romano en el que
«no entraba ni la policía». La autora aprovecha para plasmar en su historia «los
contrastes de una época de luces y sombras, de grandes avances pero también de
pronunciados retrocesos». «Se están haciendo las primeras autopsias, se está
conociendo por primera vez el cuerpo humano y se están explorando los astros,
pero al mismo tiempo hay unos retrocesos sociales tremendos, especialmente con
respecto a la mujer». La mujer ha pasado al extremo de no valer nada. No puede
poseer nada porque ella misma es una posesión.
El feminicidio era legal, la principal causa de muerte
femenina eran el parto y los «accidentes domésticos».
En este contexto, La Toffana perfecciona un veneno para que
no deje rastro, el Acqua Toffana, que se llevó a la tumba a 602 hombres, que se
sepa.
Una fascinante novela sobre Giulia Toffana: para unos,
la primera asesina en serie de la historia; para otros, una mujer que hizo
justicia.
La historia de tres mujeres en la Roma del siglo XVII cuyo peligroso secreto de familia pasó de generación en generación...
A continuación se sirvió un coctel, en el que pudimos ver a muchísimas caras conocidas del mundo de la literatura y del teatro, que quisieron acompañar a la autora en este día tan especial.
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Almudena Gutiérrez |